Málaga CF - Ibiza: Licencia para soñar (1-0)
El Málaga conquista la victoria ante el Ibiza, sellada con un penalti sobre Kevin, tras un jugadón, y transformado por Dioni
Los de Pellicer gestionaron de manera impecable la ventaja
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Un Málaga que contagia, que va creciendo en la lectura de los partidos, que sufre cuando toca y que golpea con precisión cuando puede. Va cristalizando algo distinto cuando, ya en marzo, se otea el tramo decisivo de la temporada. A un rival que ha ido escapado muchos kilómetros le ve ya el dorsal. Fue mejor que el Ibiza, que sólo en el primer cuarto de hora fue más que el Málaga, que le ganó por derecho (1-0) y se queda con el average (1-1 en la ida), a cuatro puntos con mucho por jugar aún. Ha puesto un candado en la portería el equipo de Pellicer, que crece también seguridad. En una Rosaleda volcánica, con un viento incómodo sobre el césped, una victoria de un valor tremendo, ante uno de los capos de la categoría.
El partido se planteó en términos de mucha igualdad. La entrada de Kevin volcaba más hacia la izquierda el ataque del Málaga, con el contrapeso de Ferreiro más Gabilondo en el otro costado. Kevin elige con frecuencia mal, pero si da los mínimos de esfuerzo y correr para atrás es un arma distinta. Sacó una amarilla a Unai Medina, que pudo estar en la calle a la media hora, pero el murciano Díaz Escudero prefirió tragarse el silbato tras una llave de judo del lateral al extremo para no expulsarlo. El Ibiza llegaba algo más a las cercanías de Herrero en el arranque. El meta hizo un paradón espectacular a Escassi, aunque se anuló por fuera de juego. La Rosaleda no perdonaba al trío de ex malaguistas que contribuyó a que ahora se esté en Primera RFEF. Y abroncó cada vez que el de Pedregalejo, Javi Jiménez y Álex Gallar cogían el balón.
Conforme pasaban los minutos, Ferreiro y Dani Lorenzo entraban más en contacto con la bola y el Málaga lo agradecía. Soko daba algún problema con sus carreras y Obolski daba trabajo a los centrales, Nelson y Galilea, que se cargaban con sendas tarjetas. En el caso del portugués por encararse con un rival. Ahí sí vio Díaz Escudero motivo. Pese a que Pellicer suele evitar esas situaciones, los dos seguirían con tarjeta amarilla tras el descanso.
Atacaba el Málaga, ahora más por la derecha. Allí percutían Gabilondo y Ferreiro, que se entienden bien. Descargaban y se incorporaban Genaro y Dani Lorenzo. Pero se echaban de menos las rupturas y desmarques de Roberto, además de su trabajo, para ser más amenazantes y punzantes. Dioni no dejaba de caer atrás para participar del juego, pero evidentemente tiene otras características. Pero el partido llegaba a la interrupción con mejores sensaciones para el Málaga.
A la salida de los vestuarios, un momento de inflexión en el partido. De un córner tras un disparo ibicenco que se había envenenado, una contra tremenda. El pase/despeje orientado de Genaro con la izquierda se convirtió en una oportunidad para que Kevin rompiese las cadenas. Una carrera sensacional, con un par de controles de élite para plantarse en el área y ser derribado por Rubén Díez cuando encaraba al meta. Pudo ser roja porque el balón no estaba a su alcance, pero se quedó en amarilla. Cogió la responsabilidad Dioni. Y el malagueño la clavó en la escuadra a su lado natural de lanzamiento. Júbilo en La Rosaleda porque el partido se ponía de cara y se había hecho lo teóricamente más complicado. Como parece que no puede haber buenas noticias completas, al poco tiempo se lesionó Manu Molina. El almonteño estaba siendo importante en el crecimiento del equipo, pero otra vez muscularmente se fastidió. Minutos para Juanpe en su reaparición.
El partido entró en una fase en la que el Málaga parecía más cómodo, con cierto control de la situación y sin pasar demasiados apuros. Aplicar cloroformo a los partidos cuando se alcanza ventaja es una asignatura que hay que aprobar en esta categoría. No dejaba de pisar, no obstante, el campo contrario y el área rival el Málaga, descolgándose y aprovechando los espacios que iba dejando un Ibiza que arriesgaba en los cambios. Tuvo alguna ocasión en la que renunció por no forzar o no estuvo preciso en el último pase para habilitar algún mano a mano. Pero Alfonso Herrero no tenía más trabajo que Sequeira. Entraban también Dani Sánchez para doblar con Víctor en la banda izquierda y Larrubia lo hacía por un notable David Ferreiro. El balón parado era la principal baza del Ibiza, que tiene buenos lanzadores y rematadores. De ahí llegaron algunos ‘uys’, pero más en la otra portería. La gestión de la ventaja malaguista fue impecable. Y es un paso importantísimo para lo que viene, que va a ser la pelea por el ascenso. El play off está casi amarrado, pero el Málaga va creciendo en el último tercio de temporada, cuando se separa el trigo de la paja. Hay licencia para soñar.
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