El caso de Larrubia y la vuelta de canteranos a la dinámica del filial

Málaga CF

Manolo Gaspar pone el foco en la cantera y explica las situaciones que se dieron el curso pasado, con jóvenes con pocos minutos pese a estar en dinámica del primer equipo

David Larrubia, en el medio, entre otros canteranos, Ismael y Jairo.
David Larrubia, en el medio, entre otros canteranos, Ismael y Jairo. / Javier Albiñana

David Larrubia es uno de los temas espinosos del verano, aunque también de la pasada temporada. El canterano fue uno de los más presentes en la pasada campaña a las órdenes de Sergio Pellicer, en entrenamientos y en cada convocatoria aunque acabó el curso con solo nueve partidos disputados con el primer equipo, dos como titular. Alternó con el filial siempre que pudo. Este año, sin sitio con los mayores, vuelve a la dinámica del Atlético Malagueño.

"David Larrubia es un jugador que tiene todo para ser un gran jugador", decía sobre él Manolo Gaspar en una entrevista en Área Malaguista de 101tv, donde repasó la difícil situación tanto del mediapunta como de de otros canteranos: "Perdió un año, literal. Disfrutó de los últimos partidos, de poder jugar. Venía con el primer equipo y no tenía minutos. Se tiró un año entrenando. He sufrido por David, confío mucho en él".

Tras un año en el primer equipo, vuelve con los de Funes en una transición difícil para él: "Está ahora jugando con el filial, le ha costado un poco arrancar y está viendo que ahí hay cosas. Está encontrando su sitio. Tiene buena cabeza y entorno". El director deportivo explica que ahora, con mayor competitividad, deben volver a ganarse un sitio: "Los agentes son como son, es difícil que un jugador que ha estado un año entrenando con el primer equipo tenga que coger otra vez ese rol. Este verano he tenido situaciones que no son cómodas, intento empatizar con ellos, explicarles que han ganado un año de competitividad. Ahora tienen que rendir en el filial, el filial tiene que funcionar y rendir".

Sobre esa situación incómoda que se generó el curso pasado, Manolo explica que "no fue normal, estábamos en un contexto en el que iban veintitantos jugadores convocados por el covid, tenías que llevarles. Yo no me veía con la fuerza de decirle a Pellicer: 'Pelli, este jugador tiene que jugar, nos lo estamos cargando'. No, quizá lo íbamos a necesitar. Fue una circunstancia muy especial".

De hecho, durante todo el curso se intentó que jugaran con el filial cuando no tuvieron minutos con el primer equipo. Larrubia disputó 16 encuentros en Tercera, este curso lleva ya tres: "Lo que sí intentábamos, y ellos hicieron el esfuerzo, es que si no tenían minutos les llevaba un coche rápido para la Federación. Tenemos jugadores que entienden la relación y saben la realidad. Cuando un equipo se vuelve tan competitivo, no el Málaga, todos, al final cuesta más llegar. Es lógica. En mi época jugábamos dos jugadores y el resto al filial. Era otra época".

"Venimos de un año en el que había una presencia de jugadores de cantera muy elevada pero que era irreal. Era presencial, no activa. Al final siempre jugaban los mismos, que son los que tienen hoy dorsal del primer equipo. Y es difícil devolverles a la realidad. Todos los equipos tienen jugadores cedidos y canteranos que necesitan ese tiempo y no lo veo mal. Igual que en su día salió Luis Muñoz y volvió hecho un campeón", reflexionaba Gaspar, que le daba normalidad a la situación: "Hay que tomarlo con naturalidad. Por traer a un jugador cedido el mensaje no puede ser que tapas a un jugador de la cantera. Mira como con Juande no decimos nada porque rinde, rinde, rinde y rinde y es intocable. Antoñín subió dos semanas con Víctor Sánchez del Amo y nadie tuvo huevos de sacarlo del once. Al final todo va en el rendimiento. Ningún entrenador ni ningún director deportivo se echa piedras en su tejado. Cuánto nos equivocamos o no lo veremos con el tiempo".

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