Málaga CF - Mérida: Juicio matinal en La Rosaleda (12:00)
Los blanquiazules necesitan ganar en un clima enrarecido por el club con sus decisiones
El lío del cambio de hora
Las opciones de Ramón
El Málaga CF regresa a La Rosaleda para enfrentarse al Mérida en un partido que contará con un ambiente enrarecido. El club detonó una bomba el viernes con el cambio de horario del encuentro, que se jugará a las 12:00 horas cuando debía disputarse a las 19:00. Un nuevo movimiento de esos que consiguen unir a gran parte de la afición en el sentido equivocado, en contra de la entidad. Y habrá que ver si no termina salpicando en el verde si las cosas no van medianamente bien.
La falta de empatía en esta gestión ha sido absoluta. El Málaga no avisó a sus aficionados de que existía la posibilidad de que el encuentro adelantase su comienzo. No había la más mínima pista. La enésima torpeza. Eso, mezclado con que este domingo es el Día de la Madre, ha terminado de enfurecer a la parroquia blanquiazul, que ya venía caliente de la derrota de Córdoba y los recientes resultados.
Una cosa no tiene que ver con la otra, pero en el torbellino de emociones que es el fútbol, estas cosas suelen entrar en la coctelera del seguidor. El acumulado de sinsabores, decepciones y enfados puede provocar que se viva un juicio y el estadio siente a más de uno en el banquillo de los señalados. Alguna crítica previa se espera y lo demás dependerá de la pelota.
A 48 horas del partido, no se habla del partido y eso no edifica. El Málaga, el equipo, necesita un impulso vital de La Rosaleda para terminar de certificar su pase al play off y pelear por la tercera plaza, que no es algo baladí teniendo en cuenta el factor campo y la fórmula de desempates de la promoción de ascenso a Segunda División.
La hipotética victoria respaldaría de verdad a Sergio Pellicer y otorgaría algo más de credibilidad a la plantilla. Más allá de conversaciones privadas y fotos de cara a la galería de José María Muñoz y Kike Pérez, de la duda se sale ganando.
No llega en las mejores condiciones el equipo, que además del tropiezo en El Arcángel lleva tres jornadas empatando en Martiricos. A eso hay que sumarle las ausencias capitales de Manu Molina y, sobre todo, Roberto Fernández. Ni la brújula ni el gol. Y no hay demasiado donde rascar. El técnico, salvo sorpresa, tirará de Dioni para el ataque. Recomponer la medular ya es otra cuestión.
Dio alguna pista sobre la posibilidad de que al fin Ramón Enríquez se ponga al mando del Málaga desde el inicio. El de Órgiva ha ido sumando ratitos de juego. Al equipo le sienta bien, pero todavía tiene que demostrar que puede hacerlo desde el arranque, con los rivales frescos. Y sin riesgo de recaída. La otra alternativa natural es un Luca Sangalli que desde que se rompió en otoño no ha vuelto a aportar gran cosa.
A partir de ahí sólo quedan experimentos y no está la cosa para muchas probaturas. En un Málaga en el que apenas suman los segundos espadas, los minutos se los están repartiendo los mismos jugadores. Entre los retoques que se pueden adivinar estaría el regreso de David Ferreiro al once, si bien Pellicer no ha tirado tanto del gallego en las citas previas a su sanción.
Delante estará un Mérida escocido por el cambio de hora también y que se juega la permanencia. De sentirse casi desahuciado, a sacar la cabeza del pozo. Dos victorias, dos empates y una derrota en su serie de cinco partidos más reciente y un fútbol mucho más práctico y serio.
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