El bucle del límite salarial

Málaga CF

Tras la salida de N’Diaye, el Málaga aún no ha podido inscribir a sus dos fichajes

La herencia salarial y la estructura de Primera del club, claves en el desfase económico

Joaquín Jofre y José Luis Pérez Caminero conversan. / Javier Albiñana
Victor Miralles

01 de septiembre 2019 - 05:43

Hasta 12 salidas se han dado (sin contar a Jony, cuyo caso puede acabar en los juzgados), la última, la de Alfred N'Diaye rumbo a Arabia Saudí. Y sin embargo LaLiga aún no autorizó las inscripciones de Okazaki, José Rodríguez, Mula e Iván. Pese a los movimientos, el club aún tiene una carga demasiado importante a nivel deportivo y estructural. Aquí, algunas claves para entender la situación del Málaga entorno al límite salarial puesto en boca de todos.

El Salario Liga se elabora a partir de una serie de minuciosas cuentas que se resumen de la siguiente manera. A los ingresos totales de un club (publicidad, derechos de televisión, abonos, tiendas, también premios y ventas) se les restan los gastos que no tienen que ver con la plantilla deportiva (trabajadores, impuestos, viajes, también compras de jugadores por considerarlos bienes de la empresa) y la cifra restante es el tope salarial. Es decir, el máximo que se podrá emplear para la plantilla deportiva. Se trata una cifra que corrobora LaLiga pero que siempre puede variar en función de los movimientos del club.

Con este presupuesto los clubes han de pagar todo lo relativo a salarios de jugadores y cuerpo técnico no solo del primer equipo, también de la cantera, motivo del éxodo vivido en el filial para descargar algunos salarios desorbitados para Tercera División. Aquí también entran las famosas amortizaciones de los fichajes, uno de los principales motivos de la situación del club, al que aún le colean las compras de Keko (5 millones), Rolón (3.2) y Cecchini (4.6), este último cedido y aún con contrato hasta 2022. Sí se quitó al menos la de Michael Santos (4.5) tras su venta al Copenhague en su último año de vínculo con el conjunto blanquiazul.

Después de todo situación del Málaga es la de una entidad que ha generado una estructura acorde a vivir durante diez temporadas en Primera División. No solo por equipo, donde las herencias salariales son enormes, también en volumen de trabajadores, ejecutivos y sus respectivos emolumentos. Poco o nada tiene que ver el club que ascendió en 2008 con el que desciende en 2018 en todos sus departamentos.

Hasta el momento han salido 12 futbolistas que han dejado unos 14.5 millones en ventas

Aquí entran en juego las ayudas al descenso. Estas, aportadas por LaLiga, se dan con la idea de evitar el shock entre los ingresos percibidos en la élite (sobre todo por los derechos televisivos) y los de Segunda División. El golpe inmediato podría suponer un desfase presupuestario peligrosísimo para los clubes, así que se les entregan X cantidades en función de su situación y las temporadas que ha pasado creciendo en Primera. Por unos veinte millones de euros rondó la entregada al Málaga hace un año. Eso sí, el organismo lo hace esperando al otro lado la responsabilidad de adecuar su situación a la de la categoría para que aguante el impacto de la siguiente campaña si no asciende.

Ocurre que el Málaga llegó al 1 de julio de 2019 con prácticamente las mismas cargas que el 1 de julio de 2018, de nuevo con una treintena de jugadores y sin cambios significativos en el club. Y si ya se llegó con lo justo a aquel cierre de mercado con otro nivel de ingresos –jugadores como Pacheco, Lacen o Boulahroud tuvieron que esperar también para ser inscritos y hubo que rescindir a Iturra–, el reto este verano era aún más mayúsculo.

Hasta el momento, esta es la lista de salidas del primer equipo del Málaga y sus ingresos aproximados: rescisiones de Lacen, Seleznov y Cenk Gönen; cesión de Cecchini (el Settle paga alrededor de 160.000 euros por ella); ventas de Jack Harper (1.5 millones al Getafe), Rosales (1.2, Leganés), Ricca (2, Brujas), Michael Santos (2.2, Copenhague) y Ontiveros (7.5 y variables, Villarreal). Capítulo aparte para la salida de N’Diaye, cuyo traspaso irá directo a las arcas del Villarreal, aunque sí que libera los 1.5 millones del 50% de su ficha que asumía el club de Martiricos.

Se marcaron muchas de esas operaciones como puntos de inflexión, pero nada cambió a efectos de inscripciones más allá de Cifu y los descartes: Juanpi, Keko, Rolón y Mikel. El club ha vendido por valor de unos 14.5 millones de euros. Pese a ello y tras el adiós de Alfred N'Diaye, quien tampoco estaba inscrito y era una de esas operaciones que se consideraban esenciales, LaLiga aún no permite al club alistar a sus fichajes. Un auténtico bucle. La pura muestra de la situación con la que llegó la entidad a fecha de 1 de julio y que se espera que el 3 de septiembre quede en un suspiro de alivio.

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