Opinión
Carlos Navarro Antolín
El Rey brilla al defender lo obvio
El Málaga comienza ante el Villarreal B (18:30) la era Mel, el técnico elegido para sustituir a Pablo Adrián Guede tras seis jornadas del presente campeonato. El técnico madrileño no ha tenido mucho tiempo para trabajar con sus hombres, pero sí para realizar sus primeros diagnósticos. Por lo pronto, no entiende de nada que no sea ganar al filial amarillo ante el público de La Rosaleda, que anda ansioso por celebrar al fin un triunfo en su estadio.
Dice el flamante nuevo técnico que ha palpado la tristeza en el vestuario, donde conviven la culpa y la frustración. Así que Mel ha querido abrir las ventanas y que se airee todo. Sin tiempo para nada está teniendo que ejercer de psicólogo y de apoyo para reactivar a los jugadores, que poco a poco comienzan a cambiar el gesto.
No hay grandes pistas de cómo va a jugar el Málaga. Ni en cuanto al sistema ni en lo referente a jugadores, si bien en este caso hay hombres que parecen destinados a continuar jugando y otros a los que se les puede haber abierto una nueva oportunidad. Con el cambio de entrenador ni siquiera el portero tiene la certeza de que va a seguir siendo indiscutible.
Normalmente Mel suele tirar de 4-4-2 y 4-2-3-1, aunque también ha probado en su larga carrera otras fórmulas como los tres centrales y los carrileros. Siendo así y con la de lesionados que hay podría formar con Manolo Reina en la portería y una defensa formada por Juanfran, Escassi, Moussa (también se entrenó ayer con el primer equipo Murillo) y Javi Jiménez. Es demoledor ver simultáneamente a cuatro centrales profesionales y el más aventajado de los canteranos fuera de servicio.
Confirmó el entrenador que tanto N’Diaye como Aleix Febas podrían estar disponibles pese a sus molestias. Aquí se abren las opciones. Podrían entrar Ramón o Jozabed para acompañar al senegalés, con una línea de tres por delante con Álex Gallar y Febas como interiores y Fran Villalba por detrás del punta, que sería Rubén Castro.
Delante estará uno de esos filiales que van sobrados de calidad pero que a veces pecan de bisoñez en una categoría donde nunca se regala nada. Cuentan con un hándicap importante porque sus dos porteros principales están con sus respectivas selecciones y eso obligará a los cachorros amarillos a jugar con el tercero, Gianni, de 30 años.
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