El último cuarto de hora no cambia nada

Ante el Almería, el Málaga volvía de nuevo a dejar ese regusto amargo. Esa sensación que te deja un resultado adverso en los últimos compases, cuando parecía bien agarrado los tres puntos, un despiste coral en el área permitió a Luis Rioja –la pasada temporada en las filas del Marbella– hacer el empate a uno, despojando a los de Juan Ramón Muñiz de dos puntos claves en una apretadísima parte alta de la tabla, sin ningún margen de reacción posible.

Los blanquiazules dejaban escapar de nuevo puntos en el último cuarto de hora de juego, algo que, pese a la sensación que genera el equipo, no pasaba desde principios de noviembre, en el choque ante el Sportingde Gijón en El Molinón. Al Málaga se le ha tildado de perder la concentración en los últimos compases del partido, de pecar de contundencia y dar opciones a su rival dando algún paso atrás. Es cierto que está siendo la tónica habitual de los malaguistas, pero está funcionando.

En lo que va de temporada, el Málaga ha ganado tanto puntos como ha perdido en el último cuarto de hora de cada encuentro de esta temporada. LaLiga 1|2|3 ha demostrado ser de una exigencia altísima y, como bien defiende Muñiz, una en la que cualquier rival puede poner contra las cuerdas a cualquier otro. Hasta la fecha, esta última jornada vigésimo cuarta, los costasoleños han perdido nueve puntos en ese tramo final por los nueve que ha obtenido en ese mismo intervalo de tiempo. Lo tomado por lo regalado. No cambia nada. De hecho, hasta el tropiezo ante los almerienses, esa estadística era favorable para el Málaga, pese a que la percepción hasta el momento era contraria.

El Málaga comenzó con buena dinámica desde la primera jornada. En Lugo, el Málaga llegó a ese tramo final con el 1-0 en el marcador de Cristian, tras el error de Ontiveros. En el 86’ y en el 89’, Juankar y N’Diaye dieron la vuelta al marcador dándole el +3 al Málaga. En la jornada siguiente, de nuevo se sumaron puntos en ese intervalo. Ante el Alcorcón se llegó con el 0-0 en el marcador cuando GustavoBlanco logró su primer gol con la elástica blanquiazul, dándole un +2 a los de Muñiz.

Ese +5 se volteó en un mes gris del Málaga. En la octava jornada, el equipo se adelantó gracias a N’Diaye en Riazor en el 54’, pero Carlos Fernández igualó la contienda en el 76’ tras un despite severo de la zaga. Se perdían dos puntos en el último cuarto de hora. Más sangrante fue el choque en El Sadar. El gol inicial de Pau Torres en el primer periodo fue volteado en el segundo, en el 80’ y 83’, por Juan Villar y Roberto Torres, dándole los tres puntos al Osasuna y dejando un -3 en ese intervalo a los blanquiazules. La siguiente jornada, ante el Sporting de Gijón, se llegó al 75’ con el 0-1 de Juanpi Añor. Carlos Carmona empató, Koné puso de nuevo por delante al Málaga y Carmona firmó doblete y el 2-2 en el 90’. Se perdían dos puntos en esos últimos 15 minutos de juego. Siete puntos perdidos a mediados de noviembre por los cinco ganados.

Ante Mallorca y Lugo se mejoró ese registro. Cifuentes rompió en favor del Málaga el 1-1 en el Iberostar (1-2), dando +2 a los blanquiazules. En Lugo, hace un par de semanas, igual. Harper hizo el 2-1 en el 79’ tras llegar con empate a ese último cuarto de hora. El balance de puntos ganados/perdidos era de 9/7. Ante el Almería, el pasado viernes, se equilibró la estadística: 9/9. El Málaga gana todo lo que pierde, y pierde todo lo que gana.