Parte de guerra de El Sadar

Málaga CF

Juanpi y Koné se fueron lesionados ante el Osasuna

Adrián, Ricca y Ontiveros vieron la quinta amarilla

Blanco Leschuk y N’Diaye, expulsados

Koné, tendido en el suelo tras recibir el golpe que le costó el cambio / Sánchez / La Otra Foto
Victor Miralles

03 de noviembre 2018 - 20:46

El Sadar tiene su fama, pero lo sucedido supera cualquier expectativa. No es solo la derrota, son los daños colaterales. El Málaga se fue de Pamplona con dos lesionados, dos expulsados y dos sancionados: cuatro bajas fijas y los tocados, pendientes de evolución. Un precio altísimo con un partido como el de Gijón por delante.

Mal augurio cuando de entrada pierdes un jugador a la media hora. Juanpi Añor, que encadenaba su sexto partido de titular en Liga 1|2|3, tuvo que ser sustituido en el minuto 36 por Ontiveros aquejado de dolor en el gemelo. Con el balón parado, se sentó en el césped de El Sadar y pidió el cambio al banquillo. Al descalzarse, el media punta dejó ver un vendaje en su pierna derecha. Confirmaba Muñiz que venía entre algodones al partido y sufre una sobrecarga en el gemelo derecho.

Koné fue el siguiente en caer. A la hora de partido acudió a por un balón dividido y se llevó una patada a la altura del muslo. Tuvo que ser atendido en la banda y finalmente pidió el cambio, aún dolorido y entre lamentos. El segundo del equipo, el segundo por lesión, en su caso apunta el club a un "golpe en la zona genital". En el partido no parecía tener importancia como lo de Juanpi, pero habrá que estar pendientes de su progresión a lo largo de la semana. Como sea, venezolano y marfileño se unen a una lista de lesionados que integraban ya cinco: Diego González, Harper, Cifu, Juankar y Mula.

Esa es una parte de la sangría. La otra viene en cuanto a sanciones: el equipo llegaba con tres apercibidos y los tres vieron la quinta amarilla. El primero Ricca, por una entrada sobre Rubén García, después Ontiveros en la falta que luego supuso el empate del Osasuna y por último se llevó la tarjeta Adrián tras un agarrón a Roberto Torres. Estos dos últimos ya dentro de la batalla campal en la que se convirtieron los 20 minutos finales del partido.

Buena parte de la queja por el arbitraje del joven De la Fuente Ramos viene por el rasero con varias cartulinas y su manera de gestionar ese final de partido. Sí puede ser inapelable la expulsión de N’Diaye tras enzarzarse en una tangana después del empate rojillo, pero es cuanto menos polémica la roja a Blanco Leschuk.

El argentino, con amarilla desde la primera parte, no se cortó al ir al balón dividido, cierto es. Pero no se excedió ni hizo ninguna falta violenta o pasada de vueltas. Se reclamó en el Osasuna la expulsión en varios saltos que fueron limpios, como el que le costó definitivamente la roja. No sacó los codos, pero se la llevó. Muñiz decía que se recurrirá, todo depende del acta, aunque hay poca fe en que se levante la cartulina. Solo hay que compararla con la acción inmediatamente anterior, en la que Lillo, indemne de aquello, golpea en el salto a un Héctor Hernández que se vuelve a Málaga con un considerable chichón en la frente.

Son muchos los daños con los que se regresa el Málaga de El Sadar antes de visitar el domingo (18:00) al Sporting de Gijón en El Molinón. Habrá doble pivote inédito y tendrá que reaparecer a priori Renato Santos, expectantes además con la situación de Cifu y las posibilidades para el lateral izquierdo, desierto sin Juankar ni Ricca y con Diego González tocado.

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