El 4-4-2 como solución
Málaga CF
Víctor recurrió al clásico esquema en los dos últimos partidos, ambos con triunfo blanquiazul
La irrupción de Antoñín y la firmeza de Mikel en el lateral, claves para el cambio
El triunfo ante el Oviedo dejó varias buenas noticias a la camada blanquiazul. No eran solo tres puntos más para los de Víctor, que quedó tremendamente satisfecho con el desempeño de sus jugadores, era también el principio de una dinámica positiva que respondía a ciertos factores. El equipo está en alza, comienzan a funcionar lo que antes no conectaba y se genera mucho más peligro con menos. La idea de juego no ha variado mucho, sí el esquema, uno de los principales motivos que ha llevado al equipo a enlazar dos triunfos.
Aunque no hay que olvidar contra quién se ha logrado estos resultados: el actual colista, el Deportivo de la Coruña, y un Oviedo que, es cierto que sumaba cinco partidos sin perder, pero que ahora está un punto por debajo de los blanquiazules. Sea con quien fuere, son incuestionables las sensaciones que transmitido el equipo, así como las estadísticas que han caído de su lado.
Dos jornadas, seis puntos, dos goles en ambas ocasiones. ¿Y qué se ha hecho bien para ello? ¿Qué se ha repetido en estos dos últimos partidos? Algo comienza a cuadrar en la cabeza de Víctor Sánchez del Amo con estos dos triunfos, ya que dispuso el mismo esquema y prácticamente los mismos hombres y uno y otro envite. El clásico 4-4-2 parece que gana peso en los planes del madrileño que lo había probado todo: carrileros, tres centrales, tres en el medio, un delantero, dos... Pero el sistema tradicional se impone.
Capitales están siendo sobre todo los hombres que componen ese 4-4-2, por la irrupción inesperada de estos en parte. Ya estaban asentadas algunas piezas como las de Munir, Lombán, Luis Hernández y Cifu pero ha caído de pie en el lateral zurdo Mikel Villanueva. El venezolano está aprovechando la oportunidad brindada por Víctor, provocada en parte por las lesiones de Juankar y Cristo, y está respondiendo de manera notable en el carril con su habitual sobriedad en el juego.
El doble pivote lo conforman es de Keidi Bare y Adrián, dos que han ido modificando su papel y sitio con el paso de las jornadas, aunque su lugar ha estado siempre asegurado. El madrileño pasó de segundo punta a acompañar al albanés y éste hace de escoba muchas veces en soledad.
Las bandas han sido un carrusel pero Renato Santos casi siempre ganaba la terna y él ha estado de inicio en estos dos triunfos. En la otra, un día estuvo Cristo y otro Dani Pacheco. El impacto de este último ante el Oviedo fue muy positivo y podría asegurarle la continuidad.
Por otro lado, la dupla de delanteros ha abierto el camino a Antoñín junto a Sadiku, hasta hace poco la única referencia para Víctor, uno más móvil y otro más estático, se complementan con fluidez. El canterano ha sido una irrupción mayúscula y ya ante el Oviedo fue el artífice del primero y generó la pena máxima que Adrián materializó. Su puesto, a estas alturas de la temporada, parece garantizado.
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