Visto y Oído
Emperatriz
El triunfo ante el Tenerife fue el triunfo del Málaga más serio y le muestra el camino para poder sacar mejores resultados en la compleja y competitiva Segunda División. Dominó facetas muy importantes y en las que estaba mostrando lagunas de manera sistemática en la jornadas precedentes. El resultado fue consecuencia del esfuerzo de los jugadores pero también de la lectura del entrenador durante el partido (y no sólo por los cambios).
“Este partido lo caracterizamos como el más serio, con más oficio. No nos complicamos y tuvimos el control. Incluso sin tener la posesión de balón en la segunda parte, el equipo transmitía tener controlado el encuentro perfectamente. Este partido nos deja lecturas muy positivas, el equipo ha mostrado buen oficio y supo leer los momentos del partido cuando tocaba. En la primera mitad, con un ritmo alto, jugamos muy cerca del área rival y eso también provocó situaciones de balón parado, de donde llegó la acción del primer gol”, resumió a la perfección Víctor tras la victoria.
El único pero que se le puede poner al equipo blanquiazul viene siendo un defecto que se repite en las últimas jornadas. Una vez más concedió una ocasión clara al rival en los primeros compases del encuentro. Superado ese momento y salvo una acción en la que se pilló la espalda de Diego González y que Munir resolvió bien, el Tenerife no inquietó ni probó al meta. En general, los jugadores fueron generosos en el esfuerzo y mantuvieron la concentración en tareas defensivas. Con el cero en la portería propia, todo es más fácil.
“Sabemos que en casa el comienzo debe de ser arrollador, que la gente se sienta identificada. Vino refrendado con el gol y eso ayuda. Ellos nos apretaron pero no sufrimos mucho. Tenemos que saber que no podemos dominar los 90 minutos y cuando no dominemos tenemos que saber defender”, comentó Luis Hernández.
Al defensa madrileño tampoco le falta razón y complementa lo que Víctor sostiene. Con las limitaciones que tiene el Málaga, tiene que hacerse fuerte atrás y saber renunciar a su estilo base de dominar a través de la posesión. Adelantarse en el marcador facilita esa opción. También logró sacar jugo de acciones a balón parado, que generó situaciones como la que permitió marcar a Sadiku el 1-0. Incluso se vieron gestos de lo que coloquialmente se denomina el otro fútbol. Antoñín y Diego González buscaron arañar algún segundo al reloj en los últimos minutos. Ahora tiene que convertirlo todo en norma.
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