El Málaga ensaya con un portero como jugador de campo para Leganés

La situación física de equipo lleva a Pellicer a observar esa posibilidad

Dani Barrio y Juan Soriano, en un calentamiento.
Dani Barrio y Juan Soriano, en un calentamiento. / Marilú Báez

La situación del Málaga es feliz en la tabla, con la permanencia ya conseguida desde semanas atrás. Pero la plantilla está al límite para los últimos partidos de competición, el de Leganés y el siguiente de Castellón. Hay sancionados, lesionados y hombres muy cascados en esta tramo final. Tanto, que, entre las medidas que tiene Pellicer para no incumplir la norma de profesionales en el campo, ha probado entrenando con un portero como hombre de campo.

"El otro día el equipo, tras una semana difícil, con distracción de mucha gente, los jugadores demostraron una humildad, energía y sacrificio impresionantes. Y es una pena que la afición no lo disfrute en el campo, no se ve bien cómo está ordenado, cómo sufre y cómo se entrega desde la televisión. Este equipo no aburre, tiene orgullo. El entrenador del Girona hizo unas declaraciones acerca de la intensidad del equipo. Yo digo que fue la misma durante toda la temporada. Veía cómo celebraba el Elche la salvación en Primera. Y no hemos podido celebrarla igual que ellos ayer porque llevamos salvados ocho jornadas casi. A veces sólo se valoran las cosas sufriendo. Con este grupo de jugadores no hay dudas", señalaba el todavía técnico malaguista.

Desgranaba Pellicer cuál era la situación con los lesionados. "Caye sólo ha hecho un entrenamiento, viaja prácticamente por precaución y si hay una urgencia. Luis Muñoz lleva dos sesiones seguidas tras dos semanas parados. Y a Escassi hay que alabarle lo que está haciendo, como la gran mayoría de todos los compañeros. El 98% o 99% de los jugadores está dando el límite. Pensábamos que no podía estar, pero ayer se recuperó, hoy entrenó y con todas la bajas que tenemos se agradece su esfuerzo, les ves en las caras las ganas de competir. Caye no ha entrenado ni mucho menos al 100%. El filial competía, es un trabajo de club y gracias a Dios se puede hacer que ellos tengan jugadores porque se ha conseguido el objetivo antes. A competir y a ver cómo aclaramos, si empezamos con 10 u 11 profesionales. Viajamos este lunes y hemos probado con un portero en cada parte del entrenamiento actuando como jugador de campopor si acaso, por lo que pueda venir".

"Hicham va acumulando cargas de entrenamiento", decía sobre un caso particular entre los lesionados el técnico: "En la anterior lista fue para que entrara en el grupo, pero aún no está para ayudar. Preferimos que entrene y recupere, haciendo las cargas y descargas necesarias. A ver si recupera para la semana que viene y que jugara el último partido sería importante para él, competir pensando en el futuro de él, a nivel emocional. Tenemos que ir ajustando para no asumir riesgos. Poco a poco esas lesiones está olvidadas, pero hay que ir con mucho cuidado".

Era obligado preguntarle a Pellicer sobre la sanción de tres partidos por su expulsión ante el Girona. "Había que callarse tras el partido, pero tengo que decir que ha faltado a la verdad el cuarto árbitro. Esto un trabajo en equipo. Si en mi cuerpo técnico no tengo alguien preparado, fallo. Las palabras que recoge en el acta fueron anteriormente. La expulsión fue después. Es la palabra del cuarto árbitro contra la indefensión de los entrenadores. Ya no puedo decir más. Hay que callarse. Los grupos de trabajo son muy amplios y siempre hay una cabeza visible. Pero son muchas las personas que te ayudan en cada profesión. Espero que todos trabajen de la misma mano. Los árbitros deben pensar todos igual y es lo único que pido. Pero lo que dice falta a la verdad. Una vez me expulsaron por salir de mi área técnica y otra por hacer un gesto hacia mí, me enfadé con un jugador mío. Te caen tres partidos y no puedes hacer nada. Espero que no vuelva a ocurrir, que se mejore en la comunicación y en el respeto de todos", razonaba el técnico.

No cree, sin embargo, Pellicer en manías o persecuciones. "Siempre hay que tener empatía y ponerse en el lugar de cualquier profesional. Cuando opino me pongo en el lugar de la otra persona. Todos nos equivocamos. El que más yo, que tomo decisiones continuamente. Es una película dentro de la profesión. Queremos hacer el mejor papel. Todos lo quieren hacer lo mejor posible. Quieren ser mejores, pero hay que actuar con honestidad y honradez. Se trata de acostarse y dormir tranquilo", cerraba el entrenador malaguista.

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