Un Maulí dividido

La tarde comenzó en los alrededores de El Maulí con una marea blanquiazul que invadió las calles antequeranas al son de cánticos malaguistas a la espera de la aparición del autobús del conjunto entrenado por Sergio Pellicer para hacerle un gran recibimiento, tal y como sucedió en otros desplazamientos cercanos, como es el caso de Linares o Huelva.

Durante unos 45 minutos, permaneció así la situación con sus altibajos, mientras se llevaba a cabo la espera, pero cuando llegó el transporte de la entidad de Martiricos, todo se multiplicó por mil. El conductor decidió pararse porque estaba invadida la carretera, pero la hinchada malaguista se movió hacia el vehículo y lo rodeó con cánticos y bengalas. Todo se mantuvo igual hasta que los integrantes del club de la Costa del Sol traspasaron el cordón policial.

Tras esto, comenzaron a ingresar los seguidores de ambos conjuntos en El Maulí y la mayoría local comenzó a hacerse notar de forma visual, pero, en cuanto a ruido, el dominio siguió siendo malaguista de forma clara y contundente. Esto fue así y llegó a tal nivel que no se oyó correctamente, porque los desplazados opacaron su sonido con el canto a capella del himno de la entidad de Martiricos.

Con el paso de los minutos, el Antequera CF dominó el juego durante algo más de 20 minutos y esto se trasladó a las gradas, porque la afición local se contagió del espíritu del plantel de Javi Medina y comenzó a hacerlo desde las gradas, no obstante, las tornas volvieron a cambiar poco después y la marea blanquiazul volvió a inundarlo todo con sus cánticos.

El gol de Genaro Rodríguez sentenció esta lucha y el posterior tanto de Kevin Medina dejó el trabajo hecho en ese sentido para el resto del derbi provincial, donde no hubo grandes muestras de rivalidad en ningún momento y se impuso el respeto y el fútbol.