Mejor en todo que hace un año

Sin ser tan grave económicamente e institucionalmente, el Málaga ya vivió un fin de mercado con zozobra en septiembre de 2019. Limitación para contratar; jugadores que no pudieron ser inscritos pese a estar fichados, con Okazaki como ejemplo lapidario; llegadas de jugadores con el sueldo mínimo sobre el final de la bocina, uno de ellos un capricho del jeque, Benkhemassa; imposibilidad de dar salida a jugadores con sueldos insostenibles que ahora se han tenido que solventar vía un desagradable ERE, operaciones congeladas por el jeque... Eso lo pagó el equipo que entrenaba Víctor Sánchez del Amo, que arrancó con seis puntos en seis jornadas, anunciando lo que sería el resto de la temporada, sufrimiento para salvar la categoría, con el fuego del descenso azuzando.

En esta ocasión, con un nuevo equipo prácticamente, con el respaldo también de la cantera y con seis partidos disputados, el equipo ha sabido competir para sacar 10 de 18 puntos posibles. Se hubieran firmado con sangre esos seis puntos a comienzos de competición, cuando había incertidumbre sobre si el equipo podría competir con las mínimas garantías en el resto de la temporada. Y se han mejorado las previsiones. Ello no asegura nada cara al futuro, la Segunda División es una competición traicionera en la que la igualdad es la nota predominante. Pero, mirándose en el espejo de hace un año, se está mejor en todos los aspectos, también en el césped.