Milagro a siete puntos
La gran victoria en Villarreal no es optimizada por el sábado de los rivales y se espera el error de Leganés y Oviedo este domingo
Las lágrimas de la fe
El Málaga volvió de Villarreal creyendo, así lo manifestaban los jugadores y el técnico, además de los aficionados desplazados en abundancia hasta Castellón. Y el sábado fue duro porque todos los resultados fueron desfavorables a los intereses malaguistas. Los rivales directos sumaron también de tres en tres. El Zaragoza derrotó al Granada (1-0), el Sporting venció en Ibiza (1-3) y el Racing de Santander (4-1) arrasó al Albacete. Era el equipo cántabro quien marcaba la distancia de la zona roja, con 38 puntos, por los 33 del Málaga. Ahora son Leganés y Oviedo, ambos con 40, quienes están en esa franja de salvación, con cinco puntos de renta sobre la Ponferradina (35). Justamente este domingo juegan en El Toralín (18:30) el cuadro berciano con los pepineros. Y los carbayones se desplazan a Las Palmas para medirse a uno de los equipos en fase de ascenso (21:00).
Puede suponer un bajón anímico tras el primoroso primer tiempo jugado en La Cerámica y los tres puntos conseguidos en la cancha del filial amarillo, pero el Málaga debe plantearse esta pelea contra la razón partido a partido. Tiene un tramo de tres duelos, Cartagena en casa, Lugo fuera y Huesca en La Rosaleda, en los que debe hacer pleno. Si no se han ganado dos partidos seguidos es quimérico pensar en cuatro en raya, pero el fútbol es dinámica y rachas. Y el reto debe ser alcanzar los 50 puntos o proximidades sin mirar tanto lo que vayan haciendo los rivales para tener opciones reales de pelear la permanencia. Lamentarse por puntos que se escaparon vale de poco. Son cuatro partidos puntuando en los últimos cinco salvo el mal día de Andorra, pero el laberinto en el que se ha metido el equipo hace que resultados normales no valgan, sino hacer un tramo final digno de ascenso.
“Nos hemos quitado ese lastre de la semana pasada, donde no tuvimos acierto en ataque. Tengo que analizar el encuentro, pero con el rival que teníamos enfrente, cuyos jugadores llegarán muy lejos, creo que hemos sido superiores la primera parte. En la segunda ellos cambiaron la estructura, el problema es que cuando no marcas el tercero ocurre lo que ha ocurrido, tocó sufrir. Además, entró Lago Junior y se lesionó, ellos marcaron ahí, es la foto del reflejo de esta temporada. Aun así estamos sobreviviendo”, decía Pellicer en la sala de prensa de La Cerámica. Sobrevivir implica sumar sin cesar. “Este grupo y la afición llevan sufriendo toda la temporada, no vamos a adelantarnos al futuro porque vamos a sufrir el doble. Es un equipo luchador, eso significa que por más que ha sido golpeado o fue injusto el resultado con ellos, se levantó”, era el último mensaje de Pellicer para motivar a todos.
La puesta en escena del Málaga en Villarreal, ante un equipo con gran manejo de balón y que suele dominar los partidos, fue excelente. La mejor parte de la temporada fue la primera. 0-2 y a ninguno de los espectadores le hubiera extrañado un 0-4. El trío Ramón-Febas-Villalba manejó a su antojo el partido, marcaron los dos puntos, apenas tuvo trabajo Rubén Yáñez... Ya la segunda parte fue más reconocible por parte de los dos equipos. Es innegable que hay una mejoría del equipo en el último tramo de temporada, pero se vislumbra insuficiente. La única manes sumar mucho, meter presión y que un par de equipos caigan. Históricos como Zaragoza y Sporting han sumado en las últimas jornadas para sacar la cabeza. Son plazas en las que la afición sopla aunque en momentos delicados también pueden presionar. Similar a Oviedo y algo distinto el Leganés, que con el cambio de entrenador intenta frenar una caída tremenda. No fue el sábado perfecto precisamente, pero el viernes fue lo suficientemente bueno para seguir respirando y mantener un hilo de vida para un Málaga que descansa un par de días antes de comenzar la preparación para otra final el próximo domingo ante el Cartagena, rival de la zona alta.
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