Mini concentración del Málaga antes de Tarragona

Este lunes, sesión de recuperación en Inacua y el martes volverá a repetir el plan de Estepona

El viernes, chárter a tierras catalanas para velar armas antes de la final

El solitario ritual de Sergio Pellicer

Loren observa a sus jugadores en un entrenamiento / Javier Albiñana

El Málaga CF planea su última semana de trabajo de la temporada 2023/24, que cerrará en el partido ante el Nàstic de Tarragona el sábado. Repetirá una fórmula empleada hace unas semanas antes de medirse al Celta Fortuna. Sergio Pellicer y sus hombres volverán a hacer una pequeña concentración a mitad de semana para prepara de manera concienzuda la cita contra el conjunto catalán, que es lo único que separa a los blanquiazules de volver a Segunda División.

Después de las emociones intensas vividas en la ida durante la noche del sábado en La Rosaleda, el equipo tuvo el domingo de descanso. Los futbolistas regresarán al trabajo este lunes 17 de junio pero en un escenario diferente. Los blanquiazules tienen previsto desplazarse a las instalaciones de Inacua para una sesión de recuperación.

Será el martes por la mañana cuando la cosa se ponga más seria y todo se oriente al partido decisivo del curso. El equipo empezará una pequeña concentración, de una sola noche, similar a la que realizó a finales de mayo antes de afrontar el encuentro en Balaídos. Entrenamiento en las instalaciones del Marbella Football Center, donde el Málaga se siente como en casa, y pernoctación el Atalaya Park de Estepona.

El miércoles por la tarde está previsto el regreso del grupo, que el jueves se entrenará nuevamente en las instalaciones de La Rosaleda. El viernes será el desplazamiento a tierras catalanas en vuelo chárter, la expedición hará noche allí antes de afrontar el partido del sábado en el Costa Daurada.

El recibimiento desde dentro

En las redes sociales vuela un vídeo de lo que ocurrió dentro del autobús del Málaga CF durante el recibimiento al equipo en los aledaños de La Rosaleda antes de que los blanquiazules se midieran al Nàstic de Tarragona. Algunos futbolistas (parece distinguirse principalmente la voz del capitán, Genaro Rodríguez) pedía al conductor del bus, el mítico Ángelo, que fuese más despacio en ese mágico trayecto de una punta a otra del estadio.

Fue algo más descafeinado el recibimiento que en el partido ante el Celta Fortuna debido al cordón establecido por la policía, que además escoltó a caballo al autobús durante el tramo final del recorrido (el protocolo fue bastante estricto). Ciertamente fue mucho más rápido el vehículo, que entró quizás demasiado pronto al parking de La Rosaleda. "Más lento, que llevan aquí dos horas", se reclamaba por parte del equipo.

Los jugadores estaban volcados hacia la parte izquierda del bus, golpeando con las palmas de sus manos las lunas, devolviendo el ruido a sus aficionados, enfervorecidos fuera de Martiricos, cubiertos por el humo de las bengalas. Ondeando bufandas. "¡Málaga te quiero, te vengo a ver, te vengo a ver ascender!", cantaban los futbolistas al compás de los cristales.

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