Muere Andrés Perales, un pedazo de historia del fútbol malagueño
Desde 1966 trabajó en el Club Deportivo Málaga y fue chófer, jardinero, guardián de La Rosaleda...
Nuevo test de pretemporada
Día de luto para el fútbol malagueño. "El Málaga CF lamenta profundamente el fallecimiento de Andrés Perales León. Queda el recuerdo de un histórico malaguista que, desde su llegada al CD Málaga como chófer oficial, se ha dedicado en cuerpo y alma al equipo de su vida. Descansa en paz, Andrés", anunciaba el club de Martiricos en una noticia luctuosa que apena a todo al que trató al legendario Andrés, que tenía 86 años.
Casi 60 años, desde su denominación como Club Deportivo Málaga pasando por Atlético Malagueño y el actual Málaga Club de Fútbol. El guardián de La Rosaleda, un malagueño nacido en Jaén. Durante 25 años fue conductor del autobús oficial tanto del primer como del segundo equipo malaguista. En las últimas tres décadas, su función fue la de conserje en el estadio de Martiricos, donde vivía en una casa adosada, además de otras labores. "En aquellos tiempos hacía de ayudante de utillero con Pepillo Zambrana", su mejor amigo y compadre. También de vigilante de seguridad, "con mis perros". Y de cuidador del césped. "Antes se sembraba de manera artesanal, a mano, no con tantas máquinas", decía Andrés, tan ligado al club como su mujer, la inolvidable Antonia, en una entrevista con el club unos años atrás.
El Estadio La Rosaleda es su hogar, donde reside desde hace más de tres décadas. "Primero vivía en Gol, cuando los Mundiales", recordaba, mientras repasaba nombres míticos de la historia del Málaga: "Viberti, Juanito, Ben Barek, Américo...". Señalaba su peor momento "cuando el equipo desapareció", como CD Málaga, en 1992. Incluso siendo embargado el antiguo CD Málaga, Perales y Antonia siguieron viviendo dentro de las instalaciones del estadio y mantuvo en buen estado el césped. "Fue una temporada dura, no contábamos con ingresos por la incertidumbre del club. Él trabajaba por las noches en un taxi que un amigo le dejaba, así entraba algún dinero en casa. Con el taxi podía comprar gasoil para abastecer las máquinas del césped. Papá se encargaba de cortarlo y mantenerlo hasta que llegase una nueva directiva. Gracias a Dios todo cambió", relataba Andy, su hijo
Durante la pandemia permaneció vigilando el estadio y también fue objeto de reportajes. "Somos malaguistas, siempre remontamos. Mucho ánimo y compromiso, entre todos podremos salir de esta", decía entonces. Una frase de Andrés para tatuarse y tener presente ahora que no está ya. Descanse en paz Andrés Perales León.
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