“Ontiveros, pesetero” y “Manolo, Manolo”

La Rosaleda le recordó al marbellí que no olvida el desplante

Los aficionados en La Rosaleda.
Los aficionados en La Rosaleda. / Marilú Báez

Algo menos de 7.000 espectadores acudieron al partido entre el Málaga y el Alcorcón, segundo en La Rosaleda de la temporada, segundo con público en las gradas. Pueden parecer pocos, pero después de año y medio de asientos desérticos, la diferencia es abismal. En el último viernes de agosto. el horario tardío no era demasiado obstáculo para acudir. La temperatura era alta, de hecho hubo parón para la hidratación porque la temperatura rebasaba los límites previsto para esta circunstancia.

En el ambiente flotaba la negativa a venir de Ontiveros cuando ya había dado el sí y estaba todo preparado para el anuncio oficial. Se echó para atrás con una oferta de Osasuna. Es comprensible que prefiera jugar en Primera que en Segunda, pero no después de haber dado la palabra al equipo de su tierra, del que seguramente se cerró las puertas para un futuro.

El público lo tuvo presente y al comienzo del partido partieron desde la Grada de Animación (no había distancia de seguridad ahí, por cierto) los gritos de “Ontiveros, pesetero”. Del amor al odio hay un paso. Y de héroe a villano, también. La Rosaleda recordó que no olvida. A cambio, gritos de “Manolo, Manolo”. El director deportivo está especialmente enojado con la decisión del marbellí. Fútbol es fútbol. Pero como recordó antes del partido José Alberto: “¿Ontiveros? No hablo de los que no están. Juega Kevin, un chavalín de Málaga, que lo está haciendo muy bien”. Pues eso.

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