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Pellicer, la última bala desesperada del Málaga CF

Después de transmitirle tranquilidad el martes por la tarde y dirigir el entrenamiento, ayer fue destituido el madrileño

En su lugar llega el valenciano, que firma hasta 2024

La nueva era Pellicer

Pellicer da órdenes en el entrenamiento. / Javier Albiñana

El Málaga CF sigue dando tumbos en todos los ámbitos. En el césped y también, al mismo nivel o más, en los despachos. El último disparate fue comunicarle a Pepe Mel que tuviera tranquilidad y confianza en su trabajo tras el entrenamiento vespertino del martes y 12 horas después despedirle, cinco días después del anterior partido y más cerca ya del siguiente. Unos tiempos que hubieran firmado el Sporting y los rivales malaguistas en la pelea por evitar el descenso. Da idea de cómo están las cosas en Martiricos, con el trasero chamuscado después de más de media Liga en descenso. Sin un plan claro, con bandazos para intentar salvar cada uno su parcela. Pero el barco se va hundiendo con todos.

Después de una sesión de trabajo física por la mañana y de la despedida de Pepe Mel en La Rosaleda, elegante hasta donde pudo, el club anunciaba pasadas las 15:00 horas que regresaba Sergio Pellicer para coger las riendas del equipo. Sorprendente que firmara hasta 2024, según anunció el club, en un contrato de año y medio. Lo lógico en estas circunstancias es vincular la continuidad a la salvación, pero es algo que tendrán que explicar este jueves en su presentación Manolo Gaspar y/o José María Muñoz, quienes están teóricamente al volante de esa nave a la deriva que es el Málaga Club de Fútbol.

Pellicer dirigía su primera sesión de entrenamiento por la tarde en el Anexo, intentando adelantar trabajo en la preparación para el partido de Gijón. Su aval para recuperarle es que consiguió dos salvaciones meritorias en dos situaciones muy complicadas en las campañas 2019/20 y 2020/21, tras el escándalo Víctor Sánchez del Amo, con la intervención judicial, las limitaciones de fichas y económicas por la sanción de LaLiga, la pandemia... Pero, a diferencia de ahora, siendo también la situación muy complicada, no había la sensación de ruptura y hartazgo que existe hoy en día en La Rosaleda y su entorno. Camino de los tres años de la intervención judicial, en una laberinto inacabable en los juzgados, con errores que se repiten con contumacia, Pellicer es la última bala desesperada del Málaga CF para intentar evitar el descenso a Primera RFEF.

Se busca, pues, un técnico de la casa, que ha estado en varias etapas en el club como técnico y como jugador antes. Conocedor de la entidad y del entorno. Sorprendió su marcha en el verano de 2021. Hubo un tira y afloja en las negociaciones para la renovación, algún malentendido aunque se vendió cordialidad. “Hemos buscado el bien del club por encima del ego y de cualquier persona física. No puedo decir más”, decía entonces en su despedida. Supo ganarse a un vestuario que fue profesional (todos los que estaban sanos contaban) y dar salida a jugadores de la cantera para completar, con él se consolidaron Juande, Isma Casas o Ramón, también Luis Muñoz pegó un salto. Blindó al equipo (Munir fue Zamora de la categoría) y se consiguieron dos permanencias con cierta holgura que fueron celebradas.

Ahora aterriza Pellicer con una plantilla distinta, más gente madura y veterana. Sin tantos canteranos, al menos aparentemente, preparados para echar una mano desde abajo. El entorno también cambia, igual que la exigencia. El Málaga está metido en una espiral autodestructiva, con cinco entrenadores en el último año natural. Será el último con culpa si se consuma el descenso, pero es una patata caliente para Pellicer (también una oportunidad), cuya única experiencia en estos 19 meses fuera del Málaga fueron unas jornadas en el Fuenlabrada la temporada pasada, sin poder cambiar la tendencia del equipo madrileño, en una situación similar a la malaguista. En 11 partidos ganó uno, empató cuatro y perdió seis y fue despedido. En el Málaga dirigió 65 partidos oficiales, con 23 victorias, 20 empates y 22 derrotas. Hay que mejorar, incluso, esos números para tener opciones reales de salvación.

Así fue una jornada frenética, que comenzaba con Pepe Mel como entrenador, con su despido minutos antes de comenzar el entrenamiento y con una sesión por la tarde de Sergio Pellicer estrenando plantilla. En sus manos, obrar una salvación que tendría mucho mérito suyo si revierte la deriva malaguista hacia el abismo.

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