Pepe Mel, de los "errores groseros" al positivismo
El técnico considera que todo cambia con la expulsión en el minuto 22 y quiere quedarse con cómo el equipo supo sufrir y tener opciones hasta el final: "Lo único que nos puede sacar de aquí es ser positivos"
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Pepe Mel, entrenador del Málaga CF, ve cómo el equipo se va hundiendo en la tabla pero intenta mandar un mensaje de unidad y fe tras la derrota en Cartagena, en la que el equipo no anduvo lejos de sacar un punto cuando jugó con un hombre menos durante 70 minutos. Está siendo cruel el fútbol con el Málaga, pero es cierto que, con sus errores "groseros", en palabras del entrenador, da motivos.
"El equipo no había sufrido nada hasta el minuto 22, desde entonces el equipo sufrió mucho con un jugador menos. Creo que voy a pensar sólo en lo positivo. Hemos trabajado como equipo, nos hemos ayudado, hemos estado juntos, hemos sabido sufrir... Aunque no nos dio para llegar a la orilla. Tengo que estar orgulloso de los jugadores porque era un sitio difícil para quedarte con un jugador menos", analizaba el técnico madrileño, que admitía que "la expulsión lo condiciona todo, hasta entonces lo llevábamos bien, no habían tenido una jugada que nos inquietara, pero después las cosas cambian. Un equipo como el Cartagena, que sabe jugar al fútbol, con un equipo con uno menos enfrente, sabe hacer bien las cosas. A pesar de todo, fuimos capaces de empatar, volver a igualar, volver a sufrir. Me quedo con todo lo positivo, porque tenemos que jugar mañana como quien dice".
"De nada nos vale más que mirar lo siguiente, el partido del Sporting", respondía Mel cuando se le preguntaba por la situación general del equipo, cada vez más lejos de permanecer: "Otra vez nos pusimos en contra en el marcador por un error grosero nuestro. Vamos a centrarnos en lo positivo, es lo único que nos puede sacar de aquí. Desde que yo estoy en el club, no hemos tenido ni la más mínima pizca de suerte. Esto es un juego y en todos los juegos la suerte influye. Hacen los chicos buenos partidos y los errores nos matan. A la más mínima que tenemos un error atrás nos cuesta un gol. Nos pasó en Leganés, Oviedo, el otro día con el Eibar, aquí... Perdemos los partidos por un gol. Si no subsanamos los errores lo pasaremos mal. No tengo más que objetar al equipo, lo dieron todo. Desde el minuto 22 de la primera parte todo cambia y es distinto".
"Las palabras sirven de poco", decía el técnico sobre el mensaje que hay que transmitir a la afición: "Estamos en deuda eterna con la afición. Ha venido demasiada gente en un día laborable y ahora están de vuelta porque tienen que trabajar y madrugar, eso lo sabemos perfectamente. Estamos en deuda con ellos, pero creo que no pueden ponerle un pero a la actitud del equipo. Otra cosa es que hayamos cometido el error de cada día. En cuanto a pundonor, querer, defender, estar juntos, defender el escudo, que es muy importante... creo que no hay problemas. En cuanto suba al autobús tengo que preparar ya el partido del Sporting, no hay tiempo para lamer heridas", reflexionaba el entrenador malaguista.
Sobre los cambios que hizo en el once, Mel decía que "hasta el minuto 22, la única ocasión clara es el cabezazo de Rubén, no nos habían inquietado, pero otra vez un mazazo, pero esta vez gordo, son 70 minutos con uno menos, supone un desgaste brutal. El equipo lo entendió bien lo que había que hacer, empatamos el resultado, no se le puede decir nada. Tenemos que aferrarnos a eso, tiene que ser un punto de inflexión, hicimos un partido muy decente con las circunstancias. Espero que los malaguistas nos apoyen el domingo, como siempre, en La Rosaleda. Es el espíritu que tenemos que poner siempre. Nos hubiera gustado irnos con un punto que nos hubiera ayudado a lamer las heridas, pero no fue posible".
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