Podía ser mejor
El Málaga cierra una buena primera vuelta, impensable en septiembre, pero con un regusto raro por los últimos cinco partidos sin ganar
El equipo fue casi siempre muy competitivo
Cuando en la semana previa a viajar a Tenerife para el primer partido de Liga se dudaba sobre si habría las fichas suficientes profesionales para no perder el partido, con el ERE recién decretado y una situación convulsa deportiva e institucional, todo se veía negro. Entonces, se hubiera firmado con sangre haber llegado a los 28 puntos tras 21 partidos, en posición holgada, más cera del play off que del descenso. Se parte de esa base al analizar la primera vuelta de la competición para el Málaga. Se está bien, mejor de lo esperado. Pero la realidad es que se podría estar mejor a tenor de lo visto en el césped.
El Málaga ha exhibido tramos de buen juego y ha sido casi siempre competitivo, apenas en partido concretos (Rayo, Mallorca y Espanyol) no alcanzó su tope en combatividad. Lo ha hecho mejor fuera de casa que en La Rosaleda. Se nota la orfandad de no tener el aliento del público en uno de los estadios más calientes de la categoría. Siete empates, siete derrotas y siete victorias es el equilibrado balance del Málaga, que ha marcado 20 goles y ha recibido 27, desequilibrio generado en esos tres partidos citados, en los que se perdió con holgura.
El Málaga sólo ha ganado dos partidos en casa en la primera vuelta, con 11 puntos (10 partidos), por 17 fuera (11 duelos, de los que ha ganado cinco). De hecho, sólo Mallorca (22) y Almería (21) han sumado más lejos de sus estadios, el Espanyol tiene 17 también. Como se dijo antes, pierde punch sin el aliento de La Rosaleda. Pero es un factor que hay que manejar mejor.
La proyección en la segunda vuelta lleva a los 56 puntos al final. Pero, obviamente, no garantiza nada. Doblando un poco mejor se puede aspirar al play off. Se estuvo con 61 puntos el año pasado, justamente el Elche, equipo que ascendió. Y el descenso estuvo en 51, o sea que ya se sabe lo que hay si se baja el nivel. Así que es estrecho el margen, poco más de tres victorias, entre pelear por el ascenso o para evitar el descenso. De ahí la ide de que cada punto vale mucho.
“Primera vuelta finalizada y 28 puntos. Esto no nos lo quita nadie”, decía Manolo Sánchez, segundo de Pellicer, a través de las redes. Y ese es el punto de partido. En una plantilla corta se hace necesaria la participación de todos los jugadores y el empuje de la cantera, como hasta ahora ha sucedido. Habrá sanciones y lesiones y será raro que Pellicer tenga a los 18 profesionales a su disposición. Lo habitual será la franja de 12-15, siendo optimistas.
Escassi ha sido el jugador más empleado por Pellicer (1.486 minutos), seguido de Ramón Enríquez (1.415), Yanis Rahmani (1.365), el lesionado Iván Calero (1.355) y Luis Muñoz (1.285), aunque ha sido Cristian Rodríguez quien ha intervenido en todos los partidos (1.277 minutos. Han intervenido en Liga 29 jugadores que sigan en plantilla más los que se marcharon con el ERE. De esos 29, 10 con fichas del filial. Juande es el máximo goleador (cuatro goles), por los tres de Rahmani y Chavarría. El mejor asistente es Rahmani (cuatro) y dos dieron Chavarría, Caye, Joaquín, Jairo y Matos. El francoargelino, uno de los jugadores de la Liga en esta media temporada, es el que más regates hizo (59), con una media de tres efectivos por partido. Quienes tocan más balón son Escassi y Ramón (754 y 734 pases, respectivamente) y es el canterano de la Alpujarra quien más balones recuperó (105). En la portería se ha ido consolidando Dani Barrio, que ha jugado 14 partidos (17 goles, con 32 paradas) por siete de Juan Soriano (10 tantos y 10 paradas).
No se quiere focalizar el análisis en el arbitraje, aunque el Málaga se siento perjudicado. "La balanza está desequilibrada", dice Pellicer sin querer alzar la voz demasiado sobre las decisiones arbitrales que padece su equipo. El penalti revocado ante el Oviedo colma la paciencia. Son 31 partidos sin un penalti a favor, revisiones para expulsar a jugadores propios pero no para los ajenos (tacos en el tobillo de Rodri a Cristian, por ejemplo). Ello no obsta para ver que el equipo no ha gestionado bien tras adelantarse en tres de los cinco últimos partidos para sacar siquiera un triunfo.
Haciendo un ejercicio de retrospección, el Málaga está mejor de lo esperado, pero esos 25 puntos con los que se llegaba, tras una tremenda victoria en Girona, a falta de cinco jornada para el final de la primera vuelta invitaban a pensar en un mejor broche. Cinco partidos sin ganar, en los que se debió sumar más puntos, hacen que la euforia se haya contenido. El Málaga está un poco más delante de la mitad del camino con la mitad de tiempo disponible. En su capacidad de evolución estará el límite al que pueda llegar, con la condición innegociable de que hay que mantener la categoría.
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