Racing de Santander - Málaga CF: Un punto y gracias (0-0)
Los de Mel sufren para regresar con un empate de El Sardinero
Resumen del partido
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El Málaga se viene con un punto de Santander y puede dar hasta las gracias porque aunque hubo alternativas, el Racing gozó de más y mejores ocasiones. No por casualidad, lo logró con mucho mérito, dejando claro que los blanquiazules tienen lagunas más profundas que un simple reordenamiento táctico o el uso de nuevos conceptos. Lo más positivo es dejar la portería a cero, que no se había conseguido hasta el momento. No obstante, la huella de El Sardinero se presta a pensar que ante otro adversario de mayor potencia el marcador habría sido distinto. Salir del pozo no va a ser algo instantáneo, pero a estos futbolistas hay que exigirles muchísimo más.
Prolongó Mel la idea que empezó a esbozar en su estreno, el único cambio fue Esteban Burgos, que regresó al equipo para reemplazar al lesionado Moussa Diarra. El resto repetía con respecto al once de la semana anterior. Con la esperanza de ver un Málaga más hecho, la primera parte dejó algunas dudas. Costó superar la alta presión del Racing, que fue un continuo incordio tanto por dentro como por las dos alas.
A los puntos, pese a que Manolo Reina no tuvo que hacer grandes intervenciones, los cántabros estuvieron muy cerca del gol. Las dos más claras fueron un remate fallido y forzado con todo a su favor de Sekou (22’), que se marchó fácil de Esteban Burgos pero el esfuerzo que le exigió intentar alcanzar el esférico provocó que se lesionara. La otra la tuvo Pombo (43’) de una falta directa que estrelló con violencia contra la madera tras una falta que él mismo recibió. Poco antes Escassi había apagado dos fuegos serios que nacieron de una pérdida absurda de Gallar en una de esas conducciones que no llevan a ninguna parte.
El Málaga no terminó de estar cómodo en el campo. Rubén Castro tuvo un par de cartuchos, en uno se plantó delante del portero con todo a favor, sin embargo notó el contacto del defensa que llegaba desde atrás y se dejó caer. Pidió penalti. Demasiado leve.
Tuvo alguna fase en la que logró combinar rápido y a pocos toques, en cuanto lo lograba desenroscar al Racing. Pero las desconexiones de Villalba, Gallar y Febas son un lujo caro. Tampoco ayuda Hervías, con tendencia a chocarse contra muros.
Mel reaccionó en el descanso y dio minutos a Ramón Enríquez para tratar de darle un poco de sentido al juego. Prescindió del único extremo blanquiazul y cambió las funciones de Febas, escorado a la derecha.
De entrada no le sentó mal al conjunto malacitano, que construyó algunos ataques combinando y encontrando a los laterales, pero ahí morían las intenciones. Cinco minutos hasta que Pombo volvió a pedir protagonismo. Filtró un balón a Matheus, que se quedaba totalmente solo. Manolo Reina anduvo atento y rápido para evitar un duro golpe. Y otra vez la madera ayudó al Málaga a resistir después de un disparo de Mboula al travesaño. Se animaron los santanderinos, que dieron otro par de zarandeos.
Fue cambiando piezas Mel, primero Ramón, después Haitam y poco después Jozabed. La entrada del sevillano ayudó al Málaga a mejorar y hacer mejor a los de alrededor. Pero ni su presencia ni la batalla planteada por el marroquí, que casi encuentra a Rubén Castro en el tiempo añadido. El canario lo intentó de todas las maneras. No era el día.
El punto sabe a poco y también a mucho porque pudo ser peor. Otro balón a la espalda de la defensa se envenenó hasta el punto de que Manolo Reina acabó saliendo del área con el esférico en sus manos y llevándose por delante al jugador del Racing. Amarilla y falta en la frontal. Juergen ejecutó y su disparo se marchó por poco.
Los dos puntos sumados desde la llegada de Mel son un comienzo. El entrenador no pone tiritas, admite errores, pero trata de sacar lecturas positivas desde las que construir.
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