Ramón Enríquez, renovación caliente

El Málaga ultima la continuidad del granadino con un nuevo contrato

Es el quinto jugador más empleado por Pellicer

Ramón Enríquez, durante el Málaga-Cartagena. / Marilú Báez

El Málaga y Ramón Enríquez (19 años) están en la estación final de la ampliación de contrato del granadino, pero no por la vía automática que recoge su todavía vigente vínculo por un determinado número de partidos jugados, sino por un nuevo acuerdo. Lo esbozaba ayer Manolo Gaspar en estas páginas, que la idea del Málaga era cerrarlo, con una mejora en las condiciones para el canterano, antes de que se cumpliera automáticamente, lo que sucedería el próximo domingo en Almería si Pellicer decidiera alinearlo. Algo similar sucedió con Juande al final de la temporada pasada. No llegó a cumplir el número de partidos exigido, pero se hizo durante el verano su revisión de contrato para extender el vínculo del central cordobés. Y está caliente la renovación. Lógicamente, no se puede hacer ningún dispendio porque el límite salarial estrangula, pero la idea es premiar, aunque sea simbólicamente, al cerebro malaguista.

Ramón es de alguna manera un canterano modelo, uno de los últimos legados de Manel Casanova. Ya en edad alevín jugó con el Málaga, que le reclutó en infantiles y desde entonces ha ido subiendo categorías, siendo internacional con España. Debutó de la mano de Víctor Sánchez del Amo, pero es con Sergio Pellicer con quien ha adquirido continuidad en esta temporada, en la que ha sumado dos goles y una asistencia, aunque sus virtudes están más en el criterio, la facilidad para la distribución y el pase sencillo y también en la recuperación. Tiene quite, ha recuperado 80 balones, el que más de la plantilla en números absolutos.

Igualmente, Ramón es el quinto jugador más empleado por Pellicer tras Iván Calero (1.347 minutos), Yanis Rahmani (1.239), Juande (1.224) y Escassi 1.215. Ramón tiene 1.054, Luis Muñoz 1.015 y Matos 1.005. Son los siete jugadores que han rebasado ya la frontera de los 1.000 minutos. Es el jugador con ficha del filial más empleado el de Órgiva, que junto a su compañero de piso, Isma Casas, abandera la nueva generación de jugadores ya nacidos en el siglo XXI que parecen estructurales en el futuro próximo del club, aunque si su rendimiento se dispara estarán, obviamente, en el mercado.

“Con Ramón estamos súper tranquilos porque además el chaval se siente muy identificado con nosotros y no quiere moverse. Lo que pasa es que me gustaría retocarlo un poco, darle un pequeño premio, que sienta que desde aquí se le valora y que, aunque el trabajo esté hecho y Ramón vaya a continuar con nosotros si no pasa nada muy raro, que sepa que estamos aquí con él, que confiamos en él y le ponemos en valor. Pero tampoco me quita el sueño porque cumplirá esos partidos y muchísimos más”, decía Manolo Gaspar sobre el granadino, convertido en jugador estructural en este Málaga. La ficha de profesional quedaría pendiente de un permiso para aumentar las plazas de la Liga en enero o ya para el siguiente verano.

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