Raúl González y su fichaje fantasma por el Málaga del jeque Al-Thani

Tras 60 kilos en fichajes, su aparición sorpresa en la pretemporada en Mierlo disparó las alarmas

La amenaza blanca de los 5 millones de euros

Negociaciones con Hummel para ampliar el acuerdo

Raúl González y su fichaje fantasma por el Málaga del jeque Al-Thani / Málaga Cf

El Málaga se enfrenta en esta jornada al Real Madrid Castilla. En su banquillo, uno de los jugadores históricos del club blanco y de la selección española: Raúl González Blanco. Sigue teniendo tirón entre las masas, como se demostró en su reciente visita a Antequera. Muchos no lo recordarán, pero se le vinculó al club de Martiricos en el verano del frenesí de los fichajes, cuando el jeque Al-Thani gastaba sin pudor millones de euros. Una visita del entonces delantero a la concentración de pretemporada blanquiazul disparó las alarmas.

Hay que ponerse en contexto. Después de una primera temporada abrupta y que casi acaba en descenso del Málaga, el segundo verano con el jeque como presidente fue una locura. Los blanquiazules tiraron de músculo económico e invirtieron alrededor de 60 millones en traspasos (sin contar sueldos desorbitados). Abdullah Ghubn, presidente en la sombra, delegó en el malogrado José Carlos Pérez y en el director deportivo Antonio Fernández.

De la mano de Manuel Pellegrini se construyó una plantilla que ya se había empezado a perfilar en el mercado invernal con Demichelis, Baptista, Willy Caballero, Maresca, Camacho... Pero el verano estalló todo con Van Nistelrooy, Joaquín, Isco, Toulalan, Monreal, Mathijsen, Buonanotte y Sergio Sánchez. La guinda del pastel fue Santi Cazorla, sacado del Villarreal por más de 20 millones de euros.

El asturiano llegó una noche a la concentración del Málaga en el hotel Carlton de Brug en Mierlo, una pequeña localidad holandesa cercana a Eindhoven. Parecía hasta mentira que paseara por allí esa constelación de estrellas y todavía se especulaba con la posibilidad de alguna llegada más a la plantilla.

Era tal la efervescencia del momento que todo parecía posible. En el hall del hotel había movimiento siempre. Se veía a Joaquín hacer bromas a cualquiera, a Baptista jugar en un tablero de ajedrez gigante, a Pellegrini ir a la cafetería a maquinar con su cuerpo técnico. Antonio Fernández iba y venía con el móvil echando humo en la oreja. "Si Peloblanco me pide algo se lo tengo que traer", confesó en petit comité.

Y apareció Raúl González

El Málaga jugó su primer amistoso en Utrecht y apenas había regresado al cuartel general cuando Pérez y Fernández aparecieron con Cazorla. Era el 27 de julio de 2011. Una vez finiquitada esa operación el ambiente se relajó. El equipo tenía libre el día siguiente por la tarde. Pero una presencia muy familiar causó un revuelo mayúsculo.

Desde los sofás del hall donde algunos medios montaban su centro de operaciones se veía perfectamente la entrada. De pronto, en la puerta de entrada se presenta nada más y nada menos que Raúl González Blanco. Vestido de calle, con unos vaqueros y una camisa de cuadros. El gran detalle es que llegó con una pequeña maleta, como con pensamiento de quedarse.

En aquellos meses se vinculaba a muchos jugadores importantes con el Málaga, el nuevo rico de moda en Europa. Sonaron Pirlo, Adebayor, Mamadou Diarra, Dzeko, Alexis Sánchez, Belhanda, Giroud, Borja Valero, Pastore... Y Raúl no se había librado. El rumor ganaba sentido. ¿Firmaría también al 7? Gente de comunicación del club y también otros elementos del staff reaccionaron rápido para contar la realidad de su visita.

Raúl había salido del Real Madrid un año antes con destino al Schalke 04. No era una distancia demasiado importante la que le separaba de donde estaba el Málaga. El madrileño contaba con grandes amigos en el vestuario, especialmente el prestigioso preparador físico José Cabello, íntimo amigo. También el entrenador de porteros Xabier Mancisidor. Por supuesto, Pellegrini había sido su entrenador en el conjunto blanco y tenía algunos excompañeros de equipo y selección.

Se rogó a los medios que se respetara la privacidad del encuentro -sobre todo a nivel fotográfico- para evitar disparar teorías y hacer un poco más fácil la visita de un hombre que todavía contaba con un estatus de jugador top aunque estuviese en el ocaso de su carrera. Después el propio Málaga publicó alguna imagen del breve paso de Raúl González Blanco por la concentración, que abandonó al día siguiente con absoluta discreción.

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