El parqué
Caídas ligeras
Decía Sergio Pellicer en la previa que el Málaga tenía mucho que perder en Granada y poco que ganar. Y lo pareció durante casi todo el partido, hasta que logró el segundo tanto. Por sistema, actitud y juego, el equipo mostró unas credenciales que deben separar el triunfo del triunfalismo. No se puede sacar pecho. Es lo mínimo que se debía a los miles que estuvieron en Los Cármenes después de un enero de espanto y que fueron nuevamente lo mejor de todo lo que rodea a universo blanquiazul.
Sigue sin estar bien el Málaga y necesita algo más que fichar a un nuevo lateral derecho. Quien se quiera engañar que se engañe. Con esto no da y una actuación así en otro campo habría contado con otro final. El 31 de enero está ahí y faltan dinamita, ideas y piernas frescas.
Repitó con retoques la apuesta por la defensa de tres centrales y carrileros, que dio algo más de empaque ante el Castellón. Entró Nelson Monte por el lesionado Moussa, Víctor García ocupó el flanco izquierdo y la sorpresa fue la presencia en el once de Aarón Ochoa.
Lejos de dominar y estar cómodo, el Málaga pasó una primera media hora incómoda. No es esa la incomodidad a la que se refiere Pellicer habitualmente en sus ruedas de prensa previas a los partidos. El Recreativo Granada no parecía el colista. Ni siquiera peor equipo. Presionó arriba, con cierto orden, frustró una circulación fluida de los blanquiazules y no dejó de probar fortuna.
Sacó el filial nazarí varios disparos que no encontraron la dirección correcta salvo uno de Carlos Pérez que obligó a Alfonso Herrero a meter una buena mano bajo palos. La presencia de los que en teoría son los tres centrales principales no garantizó la solidez porque tampoco los que estaban por delante terminaban de entonarse.
El Málaga tenía el culo demasiado atrás y apenas enseñaba los colmillos. Alguna acción aislada y el factor Ochoa, que liberado de otras obligaciones trató de inventar e incordiar entre líneas. Pero en algo se tenía que notar que el Recreativo Granada es el farolillo rojo.
Víctor García puso un buen centro tras entenderse con el adolescente hispanoirlandés y Dioni olió la sangre. El delantero malagueño marcó con un buen remate de cabeza picado al césped, pero también fue fruto de una serie de catastróficas desdichas del rival. Diego López midió mal, el portero más de lo mismo. En boca de gol, Van Rijn en lugar de sacarla terminó de perforar la red.
Tras el 0-1, Van Rijn cometió otro fallo que Roberto casi aprovecha para dar una segunda estocada. Sacó el disparo como pudo y Pol pudo rechazarla con el cuerpo por la cercanía en la que se hallaba. Tampoco es que durante los diez o doce minutos restantes el Málaga hurgase demasiado en la herida. Apenas un centro chut en línea de fondo de Aarón que acabó en córner.
No entró bien a la segunda parte el Málaga, que prescindió de Manu Molina para ver reaparecer a Genaro, fuera desde el descanso de la cita con el Algeciras por sanción. El Recreativo Granada se asomó al área y dispuso de varios acercamientos de cierto riesgo. Pero los malacitanos fueron capaces de asestar el segundo hachazo para amarrar los tres puntos. Brilló Dani Lorenzo, mejor cuanto más cerca del área está. El marbellí regaló un gol a Roberto, que solamente tuvo que empujarla.
El resto del duelo fue más a placer salvo una parada de Alfonso Herrero a Ibarrondo. Con el debut de David Ferreiro y pocas cosas que echarle a los highlights del partido. Al menos, los malaguistas en la grada se divertían de lo lindo y remataban el desplazamiento haciendo retumbar el himno a capela y entonando el 'Sí se puede'.
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