Remedios caseros
José Alberto intentó ante el Rayo Majadahonda ganar fondo de armario con nuevo canteranos y cambiando posiciones de jugadores para ganar versatilidad
El partido ante el Leganés gana peso para ganar tranquilidad en Navidad
El asterisco positivo de la victoria en Tafalla quedó borrado y el Málaga, como ha hecho históricamente salvo alguna honrosa excepción en la década de los 10, tiró la Copa del Rey. Esta vez fue en el Cerro del Espino ante el Rayo Majadahonda, un equipo de Primera RFEF, la remozada Segunda B. Cuentan quienes siguen el nuevo tercer escalón (Manolo Gaspar y su equipo lo hacen de manera continua) que el nivel de la competición ha subido bajando de 80 equipos a 40, es una selección natural que eleva de manera evidente las prestaciones colectivas. Y la realidad es que el Málaga experimental que alineó José Alberto en Madrid fue inferior al Rayo Majadahonda. No fue una casualidad la derrota. Hasta el minuto 70 no tiró a puerta, el ritmo local fue superior y el arreón final no bastó para evitar el clásico bochorno en la competición del KO para el aficionado malaguista, varias decenas de ellos lo sufrieron en persona pasando frío en las gradas del estadio madrileño.
José Alberto ya advirtió antes del partido ante el Rayo que la Liga es el pan y el aceite del equipo, algo obvio. Pero sus probaturas en el Cerro del Espino salieron regular. Cufré de medio centro, Ismael Casas de vuelta al lateral derecho, Iván Calero a pierna cambiada (posición no desconocida para él, jugó ahí con Pellicer), minutos para un Larrubia que para él no había contado y que estuvo algo perdido y también para Moussa Diarra, un jugador en el que hay fe en el seno del club por sus espectaculares cualidades físicas, pero que necesita kilometraje de fútbol como el que está haciendo en el Malagueño y que tuvo su bautizo. También compartieron punta un Chavarría que pasó desapercibido en su primera titularidad tras la lesión muscular en su reaparición con Roberto.
Pareció que José Alberto quiso ampliar su fondo de armario con las prendas de las que dispone, que se ha quedado escaso con la plaga de lesiones, con refresco desde la cantera y probando soluciones tácticas y cambios de posiciones. Cufré y Javi Jiménez se alternan en el lateral izquierdo con cierta solvencia y se testó al argentino en otra posición por si se puede emplear a los dos a la vez. La situación de Paulino ha ahondado en la orfandad de jugadores. Se han ido cayendo hombres de la columna vertebral del equipo, desprovisto ahora mismo de Luis Muñoz, fuera toda la temporada, Juande, Ramón, Kevin y Jozabed, el que parece más cerca de reaparecer. Antoñín se cayó por un proceso gripal en Eibar y tampoco estuvo en la Copa.
El partido de este sábado ante el Leganés, un teórico candidato a subir por su músculo económico que comenzó mal y que marca ahora la frontera de la salvación (22 puntos) tras el cambio de Nafti por Asier Garitano en el banquillo, en La Rosaleda cobra más importancia para coger aire antes del parón navideño, que no es muy extenso porque el día 3 de enero ya hay partido, esta vez en Alcorcón. En mitad de la tabla, undécimo, a cuatro puntos de la zona de play off y con ocho de renta sobre el descenso, el Málaga tendrá que sacar adelante un duelo con carestía de jugadores importantes. José Alberto intentó reservar y dosificar minutos. En el otro lado, van cogiendo minutos de vuelo Hicham y Chavarría y se va consolidando Dani Lorenzo como una irrupción para quedarse arriba porque ha aportado criterio y frescura en una posición en la que Genaro y Escassi necesitan perfiles diferentes, con más creatividad, como la que aporta el jugador formado en el Vázquez Cultural.
La Copa 2021/22 ya es historia para el Málaga, sólo queda la Liga. Se esfumó una posible eliminatoria bonita ante un Primera en La Rosaleda, también una lanzadera para dar minutos a los menos habituales y a los canteranos. También se acabaron las distracciones. En el ecuador de la competición, la Liga es ya la gran y única competición para el Málaga de José Alberto López, que espera los refuerzos invernales en enero que alivien una situación que se va complicando. De momento, hay remedios caseros.
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