Análisis
Santiago Carbó
Algunas reflexiones sobre las graves consecuencias de la DANA
REsultado y crónica del Peña Sport-Málaga
El Málaga se empleó con diligencia y profesionalidad en el San Francisco de Tafalla para acceder a la segunda ronda de Copa del Rey. Hay quien puede ver el torneo (0-3) como un engorro, pero los jugadores se lo tomaron como deben. El escudo y la camiseta no se manchan. Y los símbolos salieron intactos del pequeño cubil navarro, que evoca al fútbol clásico y modesto, la base de la pirámide. Sólo había jugado 162 minutos, repartidos en ocho partidos, pero por ejemplo Jairo Samperio se reivindicó con dos asistencias y un penalti forzado (pitado, otro más que no vio el árbitro), demostrando que estos partidos son válidos y que él está disponible, aunque su salida se vea como algo probable este próximo mercado. Quizá llevó su nombre el partido, aunque hubo otras notas positivas. No se pueden sacar conclusiones sumarias ante un equipo de Segunda RFEF, pero sí se dan pistas.
José Alberto rotó lo que pudo rotar, las limitaciones de fichas filiales (cuatro también en Copa) no permiten revoluciones, sobre todo cuando llegan las lesiones, como pasa ahora. Interesante la posición de Isma Casas como central, se le recuerda en aquel gran San Félix jugando ahí no pocas veces. Con la lesión de Juande, puede ser una opción, en absoluto desentonó. También esperadas titularidades para Dani Barrio, Ismael Gutiérrez, Jairo y Haitam, cada uno en un nivel. Buena puesta en escena del Málaga, que tardó media hora en abrir en el marcador, pero pudo hacerlo antes. Sin crear ocasiones clarísimas dominó 15 minutos, antes de que el Peña Sport se soltara algo, llegando en situaciones a balón parado. La más clara fue un remate de Mikel González en una media salida de Dani Barrio en una falta frontal, que Isma Casas despejó en el área pequeña evitando peligro.
Llegada la media hora, el partido se rompió a favor del equipo vestido de naranja. Primero, Gorostegui se tragó una mano clamorosa de Sádaba después de un bonito centro con el exterior de Paulino y un remate de Jairo que se dirigía a portería. Después, tras una excelente combinación colectiva, que recordó en cierta manera a aquel gol ante el Las Palmas que abrió el marcador, Jairo ponía un centro medido desde la izquierda para que Paulino, en un interesante partido en la media punta, cabeceara desde el punto de penalti. Mendióroz la tocó pero no pudo evitar el 0-1.
Las bandas fueron aspectos interesantes del partido. Cufré se soltó y llegó, sacó de vez en cuando la zurda. Jairo intervenía no mucho, pero siempre muy punzante. Haitam tenia más presencia, pero le faltó concretar. En una de ellas, el césped se le levantó cuando se disponía a colocarla. Falló un mano a mano claro Roberto por regodearse ante el meta, una rosca de Paulino salió rozando el poste, una falta en la frontal de Cufré fue muy cerca... Y en el descuento, Jairo se inventó una jugada entre dos contrarios para ser derribado en el área. Quería el cántabro, lógicamente reivindicativo, lanzar pero ejecutó el indicado previamente, David Lombán. El capitán engañó a Mendióroz y el partido se ponía muy de cara (0-2).
José Alberto repartió esfuerzos rápidamente. Fuera Lombán, Cufré y Paulino y dentro Peybernes, Javi Jiménez y Antoñín. Intentó dosificar. El equipo salió con un punto menos de concentración en la segunda mitad y el Peña Sport tuvo alguna ocasión en los primeros 10 minutos. Pero cogió el ritmo el Málaga, que pudo marcar un par de goles antes de que llegara la sentencia. Gran apertura de Dani Lorenzo, un debut afortunado, control orientado de Jairo para asistir a Roberto y definición del cordobés con un cuarto de hora por jugar. No era un partido de Liga, pero primera victoria a domicilio oficial de la temporada. Si vale para coger confianza, también para sumar jugadores a la causa, se da por bienvenido el esfuerzo extra de un partido intersemanal antes de las vacaciones navideñas. Una Copa nunca hay que tirarla.
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