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Málaga CF - Huesca: Pleno o muerte (0-0)

Rubén Castro falla un penalti y el equipo no logra doblegar al Huesca, lo que disminuye las opciones de permanencia

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Rubén Castro, en el Málaga CF-Huesca. / Carlos Guerrero

El Málaga-Huesca tuvo un desenlace de lo más cruel para los blanquiazules, que tuvieron casi todos los ingredientes para seguir cocinando una remontada histórica. El rey del gol, quien más veces ha castigado a los rivales desde los once metros, mandó su disparo a un limbo eterno donde residen las memorias oscuras. Una injusticia para Rubén Castro y para todos los que contribuyeron de un modo u otro a generar una atmósfera tan increíble. Sólo queda el pleno o muerte. 12 de 12 y que con 52 sea suficiente.

El mensaje que mandó Pellicer con su alineación fue bastante claro. No quiso desmontar ni desvestir y trató de darle continuidad a la fórmula que ha llevado al Málaga a creer en el milagro. Apostó por cubrir la dolorosa baja de Ramón Enríquez por Jozabed, salvando las distancias, lo más cercano al de Órgiva.

27.000 personas convertían La Rosaleda en una caldera después de otro recibimiento memorable. Había responsabilidad en las caras blanquiazules y tensión en las piernas. Por momentos pareció que sentía cierto miedo a exponer ante un Huesca que, como adelantó el entrenador de Nules, traía toda la intención de hacer el partiodo espeso al Málaga y fiar el resto a los errores.

Fue mejor que el Huesca con el balón, pero además de comedido era lento y previsible ante los de Ziganda, apretaditos y defendiendo con los once en su campo cuantas veces fueron necesarias. Era obvio que la que baja de Ramón se debía notar en la circulación. Fueron Febas y Villalba con escaso éxito los que trataron de sacudir el partido.

No escasearon las llegadas por las bandas ante un adversario que tapió bien la zona central, controlando casi en todo momento a Rubén Castro y Chavarría, obligados a esparcirse por otras zonas para entrar en contacto con el juego. El más insistente fue Cristian, que además logró forzar algunos saques de esquina.

Anduvo impreciso en el balón parado el cuadro blanquiazul, al que le está costando derribar a contrarios desde la pizarra, una característica esencial en la categoría. Faltó pellizco, último pase, alguna solución más allá de asomarse por el área de Andrés por empuje.

El Málaga no estaba mal, fue insistente hasta el descanso y además concedió bien poco. Rubén Yáñez no enseñó lo guantes. Pero el Huesca estaba cada vez más cerca del lugar donde quería situar el partido. Así que Pellicer optó por cambiar a Jozabed y dar entrada a Luis Muñoz.

Se cargó pronto con amarilla y no anduvo lejos de ver otra muy pronto. Pero el partido seguía en una tónica parecida hasta que un error de Delmás acabó en una contra en la que Ratiu disparó solo ante Rubén Yáñez. El portero lasacó bien con el pie pero se llevó un susto en el saque de esquina de Mateu que casi se convierte en gol olímpico.

Pellicer reaccionó exponiendo más. Burgos dejó su lugar en el campo a Lago Junior y el Málaga pasó a defensa de cuatro. También Ziganda movió un par de piezas. Los blanquiazules agitaron algo el encuentro y un centro de Cristian complicó la vida a Andrés. El técnico apostó por retirar a Chavarría y dar más minutos al descarado Álex Calvo.

El VAR vio el penalti a Escassi

Más por deseo y fricción que por otra cosa, el Málaga continuó metiendo balones al área desde los costados. En uno de ellos, Escassi cayó en el área del Huesca cuando se disponía a disparar. El partido continuó pero López Toca lo detuvo para revisar personalmente la jugada tras el aviso de Pérez Pallas en el VAR.

Todo estaba dispuesto para que Rubén Castro pusiese un 1-0 que habría mantenido más vivo que nunca el reto de la permanencia. El canario disparó fuerte pero Andrés adivinó la trayectoria y la sacó con gran mérito. El golpe fue duro aunque el Málaga siguió apretando de una manera un tanto caótica, sin precisión y ante un Huesca que arañaba segundos y segundos.

La entrada de Appiah y Fran Sol no aportó nada nuevo y el Málaga murió dándolo todo pero no fue bastante. Se llevó el último bocado de partido un balón de Lago mientras se caía antes las torres oscenses. Estaba sólo y habilitado pero pensó que esta en fuera de juego. Aunque la gente no paró de dar ánimos, la realidad es que el globo no está pinchado del todo pero le falta aire. 40 puntos con 12 por jugarse. Ponferradina, Mirandés, Alavés e Ibiza. Pleno o muerte.

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