Un prototipo todavía (1-1)
Resultado y crónica del Málaga CF - Real Zaragoza
El Málaga concede su primer gol en casa y eso le cuesta el empate ante el Zaragoza
Golazo de Brandon Thomas y empate antes del descanso con la colaboración blanquiazul
Un punto es un punto. En Valladolid y en La Rosaleda. Eso queda ahí y al final del escalón 42 obtienes su valor real. A veces, durante la marcha, saben a gloria. Otras, a ruina. Depende del prisma, del contexto y también del listón que cada uno otorgue de manera subjetiva. El Málaga no fue la excelente versión de otras veces como local, pero fue uno más de Segunda contra otro rival espejo y eso no se traduce en que sea poca cosa. Es evidente que tienen los blanquiazules más fútbol y un potencial para aspirar a más si cuadran ciertos elementos, pero todavía es un prototipo.
Apostó José Alberto López por repetir la fórmula que tan buen resultado dio ante el Fuenlabrada. Eso significaba que Escassi no estaba en el campo. Una prueba también para medir el fondo del centro del campo, con Ramón y Genaro empujando.
Advertía el técnico en la previa lo buen equipo que era el Zaragoza pese a su falta de eficacia. Un poco Málaga, en cierto modo. Juan Ignacio Martínez tiene trabajado muchos aspectos y se notó en el verde, haciendo incómoda la salida al Málaga, haciendo caer a los blanquiazules en guerrillas donde casi siempre lograban la superioridad. Hasta tuvo acercamientos peligrosos que fueron barriendo Peybernes, Juande, Dani Martín y Ramón.
Pasó momentos de apuro el Málaga, que supo resistir y encontrar fisuras en el plan aragonés. El equipo no mató pero sí martilleó con las acciones a balón parado, casi siempre ejecutadas con intención por Jozabed. Y rozando la media hora llegó un tanto casi imposible de Brandon Thomas con la espuela Brandon Thomas, que voló ante un incrédulo Cristian Álvarez para desatar la locura en los más de 15.000 malaguistas que había en las gradas.
Mérito del hombre que porta el nueve y al que el penalti de Valladolid ha dado alas, sin embargo, la génesis no fue menos brillante, con Kevin dibujando un pase perfecto para el hiperactivo Víctor Gómez, que llegó de la sub 21 con una frescura asombrosa.
En pleno frenesí, el Málaga tuvo opciones de ampliar, especialmente en un centro de Javi Jiménez que Genaro aprovechó por sorpresa en el segundo palo y que Jair despejó tras pasar el balón rebotado entre las piernas de Álvarez. A José Alberto no le gustaba, pese al marcador, lo que se veía en el verde. Su rostro lo decía todo.
Los de JIM, lejos de descomponerse, siguieron a lo mismo. Condecían, pero respondían. Y al borde del descanso llegó un zarpazo demoledor, que destejía por primera vez las redes del Málaga en su templo. Un balón brillante de Zapater llegó para ese incordio llamado Narváez. El futbolista maño se coló hasta la línea de fondo y, sin apenas espacio, disparó entre las piernas de Dani Martín. No se puede conceder eso.
Volvió de vestuarios el Málaga con Escassi por Genaro y Cufré por Javi Jiménez. JIM introdujo al excapitán Adrián. Los blanquiazules trataron de apabullar al Zaragoza y por momentos consiguió arrinconarlo, con centros envenenados que nadie terminaba de alcanzar. Acoso sin derribo. Siguieron los cambios, con un ojo en Huesca, sí, y también sin renunciar al triunfo. Sekou, Jairo y Antoñín junto a Brandon y Jozabed. Un all in.
No hubo un gran giro en el partido en los 20 minutos finales, a mayor agotamiento, más imperfecciones y menos lucidez. Los impulsos y las buenas intenciones no eran suficientes para tumbar al Zaragoza, que no se volvía loco pero trataba de exprimir cada transición. Acostumbrado a no ceder ni goles y casi ni puntos en La Rosaleda, el empate igual no sacia. No obstante, en la carrera de fondo de Segunda, nunca se sabe.
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