El Málaga CF reacciona tarde en Las Palmas (2-1)

Resultado y crónica del UD Las Palmas - Málaga CF

Los canarios fueron mejores pero con 2-0 los blanquiazules les complicaron la vida en la recta final

Valles evitó el empate del Málaga in extremis

Las fotos del Las Palmas - Málaga CF / La Otra Foto

El Málaga perdió con total merecimiento en Las Palmas y no chirría. Tiene jugadores con una capacidad de desequilibrio que el conjunto blanquiazul no está en condiciones de frenar. Lo intentó con estoicismo y aguantó el chaparrón como buenamente pudo. Le faltaron muchas cosas de los tres partidos anteriores, sin embargo, con 2-0 tuvo un arranque de genio y no se llevó un empate porque el portero rival no quiso.

Desarmado otra vez por las bajas, Pablo Guede entendió que lo mejor era blindar al equipo y cerrar las vías a Las Palmas, un conjunto con futbolistas sobrados de talento e imaginación. Echó a Genaro atrás como Lombán y Peybernes, sacrificó a Febas y apostó por un doble pivote con Ramón y Jozabed. Arriba continuaron Brandon, Vadillo y Antoñín, que a veces estuvieron en todas partes y otras en ninguna.

Las Palmas tardó en descifrar al Málaga, que no comenzó mal y presentó sus credenciales con una buena jugada en la que Vadillo terminó centrando a las manos de Valles. Ahí el conjunto de García Pimienta probó a ver qué sucedía si buscaba balones a la espalda de la zaga o colaba algunos en el universo Viera.

Sufrió dolorosamente el Málaga. Dani Martín detuvo una y luego anduvo bien tapando un mano a mano de Rober que dio en el poste. Las Palmas bailaba con su capitán al frente de la banda y Moleiro como segundo espada. Los blanquiazules se fueron acobardando y acabaron arrinconados.

Fue Viera quien convirtió el 1-0, que podía haber caído un poco antes. Un balón que se paseó por el área hasta que el estilista finalizó con gusto. El Málaga, con Guede en el banquillo, siempre había marcado primero. No era mala prueba volver a ver a la tropa en circunstancias adversas. Pese a un primer amago de caerse, hubo cierta reacción.

Ramón y Jozabed habían estado ocultos en la telaraña que quiso plantear el Málaga, en labores de intendencia. Cuando alguno de ellos logró tenerlo, se cosieron acciones de cierto valor. Vadillo también impulsó de algún modo varios acercamientos, pero faltaba punch y fe.

El argentino se desgañitaba en la banda porque no le gustaban ciertos tics. Peybernes protagonizó algunas acciones imperdonables y el técnico se vio obligado a permutar su ubicación y pasar a Genaro al perfil zurdo. No regresó de la caseta. Febas entró por el francés, lo que suponía una reconstrucción del mapa.

La valentía combinada con la falta de pulso casi cuesta el 2-0 tras dos córneres a favor al límite el descanso, pero Moleiro perdonó solo ante Dani Martín.

En la segunda mitad el Málaga no consiguió profundizar ni fue eficazes sus pocas aproximaciones. Las Palmas, como un cazador paciente, esperó los huecos para amenazar. Algunos tiros de fuera del área y dos mano a mano antes de que Jesé asestase un hachazo casi mortal.

El Málaga tiró de orgullo y rozó el empate de manera casi consecutiva (se revisó por posible penalti a Sekou). Guede tiró fichas y le sirvió para agitar el partido. Febas definió ante Valles tras una asistencia de Genaro brillante. Quedaban cinco minutos más el añadido.

Metió como último recurso a Roberto y casi acaba como héroe, como ante el Eibar. El joven delantero ejecutó un remate inapelable que de manera alucinante logró repeler Valles. Pero el Málaga perdió algo más que el partido cuando Víctor Gómez vio una segunda amarilla que costará cara. Dani Martín evitó el 3-1 antes de que el colegiado pitase el final.

El Málaga tiene corazón aunque no siempre le salga todo de cara, pero ahora queda un fin de semana por delante para cómo de dolorosa y costosa es la derrota en Gran Canaria. Los vascos afilan cuchillos.

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