Real Zaragoza - Málaga CF: Contra lo propio y lo extraño (1-1)
Los blanquiazules, con diez de manera injusta desde el 13', casi asaltan La Romareda
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El Málaga se encontrará pocos escenarios más favorables para ganar que La RomaredaLa Romareda de estos momentos. Regresa con un punto, que sabe a poco porque pesa demasiado soportar a 21 equipos sobre sus hombros y porque después de luchar contra lo propio y lo extraño, esta vez mereció al menos probar la miel.
Tiene que elevar la voz el Málaga a todos los niveles porque no se puede consentir una situación como la que dio lugar a la expulsión barata de uno de sus jugadores. No es la primera que sufre, más bien lo contrario. Aun así, a lomos de un Rubén Yañez fabuloso, se reenganchó al partido y la competición con el gol de Haitam, que parecía traer un viento nuevo a los blanquiazules. Luego, otro mazazo. La pedrea y vuelta a casa para esperar a la Ponferradina, en otra crisis.
Sorprendió la salida del once inicial de Rubén Castro, pero era una de las últimas teclas que quedaban por tocar. El canario y su trayectoria no están en discusión, pero el Málaga necesitaba buscar otras fórmulas porque no estaba siendo capaz de hacerle llegar el balón en condiciones salvo contadas excepciones. Los rivales lo sabían y armaban los partidos también en base a tratar de aislar lo máximo posible al delantero.
Entraba un Fran Sol que venía apretando fuerte en los entrenamientos, deslizaban desde Martiricos. El once, más allá del cambio llamativo en punta, sonaba a equipo de la categoría. Menos figuras, más obreros.
Con Bustinza de lateral derecho después de su inconsistente actuación ante el Sporting por la izquierda, donde regresó por pura eliminación Javi Jiménez. Juande y Burgos blindaron el centro de la zaga y por delante puso a Escassi, acompañado por Luis Muñoz y Febas. Hervías y Cristian en los extremos para servir en la medida de lo posible al cabeceador Sol.
Un 4-1-4-1 que en otros tiempos con Pellicer dio grandes resultados. Más allá de que el Málaga concediese el típico regalito al rival desde bien temprano, el colegiado Busquets Ferrer reventó el partido con la expulsión de Javi Jiménez. Fue una entrada que mereció una amarilla y ya está y si el VAR no repara esto, no sirve para nada sino para perpetuar injusticias. Como detalle, al frente del mismo estaba Vicandi Garrido.
Los blanquiazules, que si de algo están carentes es de agresividad, son muy penalizados en estas jornadas por los árbitros, si bien lo de esta vez es inadmisible y requiere de una protesta formal y pública. Una entidad como el Málaga, con lo que se está jugando, no puede ser zarandeada así.
El partido se le fue haciendo bola al conjunto blanquiazul, que resistía como buenamente podía. Se salvó porque Giuliano Simeone andaba poco fino y porque Yáñez tuvo dos intervenciones providenciales. El portero blanquiazul tiró de guantes ante el delantero en un cabezazo y previamente ante Bermejo.
Tuvo goles claros el Zaragoza, que hacía más del doble de faltas que el Málaga, que apenas hizo cuatro faltas en toda la primera mitad. Los blanquiazules intimidaron una sola vez con un gran disparo de Luis Muñoz que Ratón, titular ante la lesión de Álvarez, se luciera.
No le quedaba mucho más al Málaga que intentar no encajar gol y que el reloj fuese poniendo nerviosa a La Romareda, que se viese el Zaragoza en la piel de los blanquiazules en escenarios similares.
Los de Mel salieron mejor plantados al campo, sin alardes y con conciencia de la situación. Al Zaragoza se le hacía un poco de bola y la grada comenzó a silbar porque los ataques de los suyos comenzaban a ser más largos y lentos. Tenían que caer, claro, ocasiones. Yáñez volvió a tirar de mano izquierda para rebañar de la misma escuadra un cabezazo de Giuliano. También anduvo bien ante un disparo de Mollejo.
Casi sorprende Loren Zúñiga con un disparo con el exterior a Ratón. Acababa de entrar hacía poco por Fran Sol. Después tocó aguantar otros arreones del Zaragoza. En todos fue protagonista Yáñez, que paraba lo imposible.
Las fuerzas estaban agotadas y Mel jugó sus tres últimas cartas (antes había entrado Genaro por Escassi). Los agotados Hervías, Febas y Luis Muñoz dejaron sitio a Jozabed, Ramalho y Haitam. El hispanomarroquí, en el año que más falta hacía un extremo, no había podido participar. Pero se desquitó y de qué manera.
Como el pillo que es, casi repitió su presentación en Ibiza de la temporada anterior. Casi porque esta fue mejor y más importante. Se escapó de varios rivales y le concedieron tiempo para colarse en el área y ajustar bien un disparo marca de la casa ajustado y con rosca, de exquisito disparo con la izquierda.
Con una posesión de más del 70%, el Zaragoza veía acercarse el minuto 90 y no lograba derribar el muro de Yáñez, que cometió su primer error en una salida que afortunadamente para él quedó en nada. Sin embargo llegó el gol del conjunto maño de la manera más cruel, con un disparo de Giuliano que tocó en Bustinza para terminar entrando y dejando al Málaga a medias. Colista y con 11 puntos.
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