El bucle de la debacle (3-0)
Resultado y crónica del Burgos - Málaga CF
El Málaga sale goleado de Burgos y sigue mostrando una versión ramplona de sí mismo lejos de La Rosaleda
Se condenó con los errores en defensa, que llegaron a ser grotescos
El Málaga no sale del bucle fuera de La Rosaleda y protagoniza una nueva debacle en El Plantío ante un Burgos al que le bastó con aprovechar la lagunas de los jugadores blanquiazules. Digno de estudio, sin lugar a dudas, el caso concreto de cuadro malagueño. Es muy complicado ser tan eficaz como local y tan grotesco como visitante.
Cuando se hacen las mismas cosas no se pueden aguardar resultados distintos y el Málaga ya ha tenido bastante ensayo y error en sus desplazamientos. No sobra recordar y añadir al debate que en Martiricos no se sellan las victorias con la misma contundencia con la que se recogen fracasos lejos de calor del hogar.
No hubo dominador claro en el arranque, pero el Málaga traía un aroma familiar, como a su versión premium, la de La Rosaleda. Tenía dejes de ese equipo tanto en defensa como en ataque, como queriendo mostrar que las palabras de la semana previa venían cargadas de convicción. Hasta en la sonrisa canalla de Paulino en su pique con Matos se desprendía que igual era el día.
Un disparo de Antoñín tras forzar al Burgos a un error en la salida, una acción que acabó en centro peligroso de Javi Jiménez. Un cuarto de hora aceptable hasta que la chispa se perdió en el momento en el que el Burgos abrió la cancela blanquiazul.
Un balón servido por Álvaro Fernández al área, donde entraban tres futbolistas del Burgos y con Valcarce cabeceando a la red. Víctor Gómez, que perseguía a los rivales, rompió el fuera de juego. Debe ser lo que esperaban que señalase Pulido Santana tanto Peybernes como Genaro, que vieron cómo se les colaba el propio Valcarce antes de llegar a la zona donde ejecutó a Dani Martín.
La cuestión no está en buscar culpables porque en cada desplazamiento sale alguien señalado. Difícil trazar la frontera entre la responsabilidad individual y la colectiva. Es indiscutible, no obstante, que el hecho de recibir goles fuera de casa sistemáticamente reduce las opciones de victoria de manera radical.
El Burgos se vino arriba durante un buen tramo, pero tampoco tuvo que hacer Dani Martín ninguna intervención, esa es la realidad. Los de Julián Calero están bien cosidos, tienes conceptos claros y parece que conocen sus limitaciones. Y las tienen, muchas más que el Málaga. Los blanquiazules acabaron yendo a más en el último tramo de la primera parte, pero sin pegada.
No tardó en realizar modificaciones José Alberto, que al poco de la reanudación sustituyó a Paulino y Antoñín por Jairo y Roberto, por lo que Brandon pasaba a la banda izquierda. Aun así, no lograba el Málaga sentirse cómodo en El Plantío.
Lo que es simplemente inconcebible es que dos profesionales como Víctor Gómez y Peybernes concedan un regalo de la magnitud del que supuso el 2-0. El control y toque poco fino del lateral en el origen se puede entender. Todo lo que sucedió después fue un chiste. Juanma no desaprovechó la bala.
Casi nada más sacar de centro Roberto tuvo en su botas un gol cantado que envió fuera a puerta vacía. El joven punta se llevaba las manos a la cara mientras le caían copos de nieve. Y de ahí al ridículo, nuevamente. Valcarce hizo de las suyas ante unos jugadores malacitanos absolutamente desnortados. Dio tiempo a que hubiera una primera opción que escupieron entre Dani y el poste, preludio del 3-0.
Con el partido perdido, José Alberto hizo dos cambios de lo más inteligente. Mejor dar descanso a piezas clave con mayor carga como Alberto Escassi y Brandon Thomas. No tenía mayor importancia. Sólo faltaba por resolverse el marcador final, si con maquillaje o más sonrojo.
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