Serlo y parecerlo (0-1)
Resultado y crónica del Girona - Málaga CF
El Málaga se transforma en Girona y consigue un triunfo muy trabajado
Pellicer evoluciona a un nuevo dibujo y suma nuevos elementos
Como la mujer del César, el Málaga además de serlo, tiene que parecerlo. Eso es innegociable en Segunda División. Llevaba tiempo pretendiendo ser el equipo que se vio en Montilivi, del que Pellicer hace bandera. Incomodar es un verbo esencial y los malacitanos lograron llevar a callejones sin salida al Girona, que hincó la rodilla desesperado. Le sentó bien el cambio de dibujo y la distribución de piezas, pero los cimientos del triunfo llevan sellos de plata. El incordio, la interrupción, el dolor fingido, la presión asesina, la pizarra vomitando tiza, el sudor por arrobas. Así se riega la flor.
Contemporizando, bailando el balón desde el extremo derecho hasta casi la línea de gol, de unos a otros, acabó el Málaga la primera mitad. Sin urgencias, guardando el tesoro conseguido hasta el momento. No tocaba el doble o nada. Había hecho un trabajo muy serio y cultivado. No siempre es posible refrenar el deseo natural de los jugadores blanquiazules, en ocasiones dados al giro imposible.
Pellicer descosió su equipo después de los últimos partidos, en los que cada vez disminuían las sensaciones y los puntos. Lo tejió de nuevo apostando por una defensa de cuatro jugadores y un centro del campo más numeroso, intenso y dinámico. Le picaba al principio al Málaga, que casi concede el 1-0 al minuto de partido tras un estrepitoso error de Mejías y minutos más tarde con un centro lateral que se paseó por el área.
A partir de entonces los blanquiazules se fueron asentando. Joaquín dotó de mayor imprevisibilidad al ataque, casando bien -en su primera titularidad- con Ismael Casas. Nuevos factores a añadir a los servicios clásicos de Rahmani y Chavarría. Aunque la traducción literal no fueron muchas ocasiones de peso, al Málaga le generó confianza.
El marcador lo meneó la pizarra. Por segunda jornada consecutiva, el Málaga fue capaz de marcar a balón parado. Además, con una ejecución bella de movimientos más allá del dulce centro de Rahmani y el fabuloso cabeceo de Escassi, al que por fin le llegó su primer gol. Luego emergió Dani Barrio, con una parada a mano cambiada tras disparo de Bárcenas, que había aprovechado el peor desajuste defensivo del partido.
Escassi tuvo que quedarse en la caseta lesionado (había jugado todos los minutos de competición). A los pocos minutos dio un aviso serio el Girona, que volvió a encontrar una fuga entre el central zurdo y Matos. Pero el Málaga se puso el mono de faena pese a que el cuadro catalán cada vez se mostraba más ansioso por acercarse a Barrio. Sin embargo la más clara la tuvo Luis Muñoz, que estrelló un disparo en el larguero tras robar una ocasión por puro ímpetu.
No tardó el Málaga en jugar con las interrupciones y la ansiedad del Girona. Estos puntos significan mucho para los de Pellicer, que se desgastaron hasta la extenuación y han ganado una nueva versión de ellos mismos.
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