La histeria interminable (1-0)
Resultado y crónica del Girona - Málaga CF
El Málaga perdió en Girona jugando mejor que el rival pero con un guion repetido
Natxo tiene las horas contadas y el club está obligado a reaccionar
Lo de siempre en Girona, lo de siempre. Decía Sabina que todos los finales son el mismo repetido. Los partidos del Málaga lo parecen. Los detalles cambian su orden algunas noches, pero el desenlace no suele variar. La derrota se va a llevar por delante a Natxo González como ya se llevó a José Alberto López. El club tiene que reaccionar y buscar en el cambio de entrenador un detonante, un clic, que detenga esta caída en picado hacia la Primera RFEF. La historia se repite, y la histeria está instalada en el entorno porque el peligro ya no es una mera cuestión de posibilidades matemáticas, es casi un paso lógico.
Natxo González propuso un once con muchos cambios y agarrado al 4-1-4-1, con el que nunca había ganado pero anduvo cerca alguna vez. No tuvo reparos en cargarse a Dani Barrio, señalado por el error fatal ante el Huesca. Regresó Dani Martín, que no tenía minutos desde la era José Alberto. Hubo más regresos y variaciones. Peybernes, Víctor Gómez y Javi Jiménez acompañaron a Lombán atrás y Escassi regresó al eje. Jozabed y Febas se mantuvieron con Paulino y Brandon en las alas. Antoñín fue el delantero centro.
Como tantas otras veces, el Málaga no comenzó mal. Tras los primeros minutos de tanteo, los blanquiazules empezaron a imponerse. Tuvieron más el balón, pero lo más importante es que lo tuvieron mejor y en zonas donde puede suceder algo.
El 0-0 se mantuvo porque el Málaga es uno de los equipos más inofensivos que se recuerdan. Es terrible como unos y otros van, van y van para nada. Paulino tuvo una de cabeza tras un gran centro de Aleix Febas que mandó fuera, Brandon Thomas se jugó otra que sacó el portero, que repitió ante Febas, que en otra ocasión trató de elevarla por encima de Juan Carlos.
Eso sí, volvieron a verse tics feos en los tres de arriba, activos pero individualistas en cuanto podían. Se echaron en cara entre ellos de manera más o menos directa el hecho de no devolverse algunos balones. A pesar de todo, el Málaga tenía que estar haciendo cosas muy bien (llegó a rondar el 70% de posesión en algunas fases) porque Míchel –en la grada sancionado– dio orden de quitar a Samu Saiz (¿?) por Iván Martín. No se lo tomó demasiado bien el jugador, que lanzó de malas formas su camiseta a la grada mientras salían sapos y culebras de su boca.
La primera parte no tuvo mucho más. Algún acercamiento del Málaga menos claro y también los primeros avisos del Girona. No escatimó en amarillas el colegiado, de gatillo fácil. Tanto que Lombán se llevó una en una jugada en la que toca balón. LaLiga SmartBank es de segunda también en estos detalles.
No se quedó Míchel con el cambio de Saiz, también regresó del descanso con otro cambio. Al principio logró acercarse con un córner en el que hubo algo de incertidumbre, pero los de Natxo lograron recuperar el paso y volver a sumar ocasiones claras. Brandon Thomas estuvo en todas. O cerca de ellas. Es el máxima goleador del equipo, pero necesita un carro de oportunidades para acertar con alguna.
Empezó Natxo a tirar del banquillo. Regresó al césped Genaro Rodríguez dos meses y poco después de romperse el menisco. Pasado el 80’, se produjo el redebut de Adrián López. Pero cuando todo el malaguismo quería soñar con un estreno de película, en el fondo la idea que subyacía era que a la primera que enganchara el Girona se llevaría el encuentro.
Entró Nahuel por Stuani y dio con la tecla. En uno de los pocos ataques que medio trenzó decentemente el Girona, el delantero tuvo la pausa de la que carecen los blanquiazules. Se zafó de Peybernes con lo mínimo y batió a Martín, que tocó el balón pero no pudo evitar la desgracia.
La historia repetida que a nadie sorprende aunque escueza. ¿Por qué iba a pasar algo distinto haciendo prácticamente lo mismo de siempre? El Málaga es una suerte de Sísifo y como esto siga así la piedra lo va a hundir en Primera RFEF. Y allí no estarán la mayoría de los que han llevado a un buen equipo a esta degeneración. Esos se irán y se quedarán los de siempre, los que hoy no van a conciliar el sueño.
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