Gloria a Stefan, o a Lombán (0-1)

Resultado y crónica del Lugo - Málaga CF

El Málaga alcanza los 45 puntos y tiene el objetivo de la permanencia a un paso

Pellicer saluda efusivamente a Escassi tras el partido. / LaLiga

Gloria a Stefan. Gloria a Lombán. Gloria al joven, al veterano y al temporero. Si fue del asturiano o del serbio qué más da. Lo desempata el colegiado, que le bastó con la falta del capitán, que de estar Mejías bien quizás ni habría entrado en el Anxo Carro. La firma no cambia el cuadro. Tres puntos más. Y los de Lugo no son cualquier cosa, son Rodrigo de Triana avistando tierra. El Málaga, este Málaga de hambres y calambres, tiene –una vez más– la gloria casi ganada.

El once en el Anxo Carro venía a confirmar que el partido importante de la semana estaba delante. Hasta ocho cambios propuso Sergio Pellicer, a quien le faltó el lesionado Mejías. Pero la cascada de problemas físicos sigue implacable. A los 17 minutos se tuvo que marchar Luis Muñoz, que notó un pinchazo en el muslo en plena presión al último zaguero lucense, persiguiendo el balón como un depredador.

Pagó el esfuerzo. No el de marras, así en general. Casi nadie se está salvando. Tampoco los dos hombres más exuberantes en lo físico como Luis Muñoz y Mejías. Los que aparentan estar más frescos son los que menos relevancia habían tenido hasta hace poco (Jozabed, Jairo).

Pese a todo, el Málaga se expandió por el césped de Lugo con cierta comodidad durante media hora. Presionando en campo contrario, como le gusta, picando carteras. Tampoco es raro que casi todas las acciones quedasen en nada y apenas se probase al meta contrario.

Sí tuvo acierto el Lugo. De una discutible falta de Rahmani nació un gol de Marcelo Djaló que no subió al marcador con intervención del VAR incluida. Una mala salida de Juan Soriano, que impactó con Barreiro sin que pareciese más que una acción de juego en un balón dividido. Por una vez, es posible que una equivocación arbitral beneficiase al Málaga, muy castigado en este aspecto durante toda la temporada.

No le vino mal el descanso a los blanquiazules, que dio alas al Lugo, comandado por un Gerard Valentín al que no se sabía contener. A la vuelta estaban las aguas más mansas, con el cuadro gallego mejor replegado y el Málaga tratando de inventar algo que rompiese las tablas. Y la tuvo Benkhemassa en una galopada a lo Luis Muñoz pero que el argelino estrelló contra el único futbolista que ocupaba espacio bajo el marco, despreciando el regalo de Caye Quintana. Además provocó una contra que no fue gol por virtud de Juan Soriano sobre la línea. Y el Lugo se volvió a soltar la melena.

Pellicer decidió simultanear a Caye y Scepovic, que entró por Jozabed y casi estrena su cuenta pero en la portería equivocada. Los apuros estaban cada vez más cerca de Soriano que de Cantero. El Málaga seguía con la persiana bajada cuando se aproximaba a la última defensa lucense. Y llegó el milagro.

Matos forzó una falta cerquita del área que ejecutó Lombán magistralmente. Cantero la sacó sin poder distinguirse bien si de de dentro o casi. Pero el rechace cayó al serbio, que hizo lo que tiene que hacer un nueve. Dos goles en la misma jugada. Subió uno y el árbitro se lo dio al defensa. El resto fue sudar y sudar para conservar el botín. 45 puntos en 33 jornadas, qué distopía tan dulce.

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