Con coraje hasta el final (0-1)
Resultado y crónica del Málaga CF - Girona
El Málaga compitió ante el Girona con uno menos desde el minuto 15 por expulsión de Mejías
Arbitraje delirante de Moreno Aragón, que expulsó también a Pellicer
El Málaga no se está regalando en esta recta final. Que nadie confunda derrotas con desganas porque eso no es lo que dice el campo. Derrochó coraje ante el Girona y mereció algo más, sobre todo porque fue mejor con 11 y luego porque no se rindió jamás con uno menos casi todo el partido. Aguantó además, el delirante arbitraje de Moreno Aragón, un sospechoso habitual. La tabla, sin embargo, desluce la medida real de este Málaga de Pellicer que va dando sus últimos pasos y que desprende esa sensación de que le ha faltado este curso una pizca de suerte y otra de justicia.
Hay quien se preguntaba qué versión del equipo se vería tras el anuncio de Pellicer y ya con la permanencia matemática. Pues un Málaga con la barbilla alta, hechuras de sus mejores días, desacomplejado. Con Scepovic en punta ante la coincidencia de que los tres delanteros de la plantilla original están lesionados.
Desarmó durante un cuarto de hora al Girona con las trampas clásicas de cuando a este equipo le sale el 4-1-4-1. A los cuatro minutos el propio Stefan pudo hacer el primero pero abandonó el tópico del delantero para buscar una asistencia a Rahmani que logró boicotear la defensa. Rahmani y Cristian probaron sendos disparos antes de una doble intervención de Juan Carlos, que rechazó primero un centro de Yanis que se complicó y un buen disparo de Scepovic ante el que sacó una mano prodigiosa.
Justo en ese momento el partido voló por los aires. Moreno Aragón, el mismo colegiado que expulsó a Lombán (ante el Huesca) y Rahmani (Logroñés) las dos últimas veces que había pitado al Málaga. Expulsó a Mejías por una supuesta agresión a Stuani que no se vio claramente en las imágenes de televisión, por el camino sacó una amarilla a Escassi por agarrarle de la muñeca y otra roja directa a Pellicer.
No se conformó con eso y siguió con un arbitraje delirante en el que parecía complicado que no hubiese más expulsados, temor que se consolidó cuando se fue a la grada a amonestar a Joaquín Muñoz por devolver un balón al campo desde la grada.
Aguantó el Málaga a partir de ahí como pudo, con Escassi de vuelta a la defensa y los mediapuntas dando un pasito hacia detrás. Notaba el conjunto malagueño que le faltaba una pestaña cuando intentaba salir y amenazar a un Girona que se había adueñado del balón. Cerca del descanso, Stuani aprovechó para marcar pero a costa de una falta a Juan Soriano en el área pequeña cuando ya tenía el esférico el sevillano. Se revisó pero las imágenes aquí no dejaban lugar a dudas.
Francisco metió artillería al descanso con la entrada de Sylla, un hombre que estuvo en la agenda del Málaga el pasado verano. A los locales el campo se le seguía haciendo interminable cuando probaba a salir mientras que el Girona quería seguir haciéndoselo más ancho.
Se mantuvo firme muchos minutos, apretadito por el centro y concediendo solamente centros. Hasta un córner confuso que trató de peinar Rahmani, rebotó con Stuani (¿pecho, mano?) y lo aprovechó Santi Bueno tras escaparse de la marca de Escassi.
Los malacitanos movieron piezas y estuvieron cerca de empatar. Lombán y Julio entraron por Jozabed y Scepovic. El propio canterano peinó un balón en el área que Cristian convirtió en un excelente disparo que se estrelló contra el poste.
El reloj se comió los minutos con el Girona con el partido bastante controlado, haciendo valer su superioridad numérica para evitar disgustos y llegando regularmente aunque con poco colmillo. El papel del Málaga, conviene destacar, fue digno. Mantuvo el orden y la entereza pese a su desgaste y los vanos intentos de igualar el tanteador.
Trataba de gastar sus últimas energías el cuadro de Pellicer cuando se produjo una contra de Sylla que resolvió Juan Soriano con buenas maneras mientras un desesperado Juande indicaba sus intenciones. Los mismos protagonistas repitieron en circunstancias menos obvias pero bien solucionadas por el meta.
No dejó de aspirar al empate el Málaga, que sigue sin tachar la cuenta pendiente de los empates. Incluso con una vehemente reclamación de penalti en el 92’ que costó una amarilla a Cristian. Dio en Couto como dio la que costó a Caye Quintana un penalti ante el Fuenlabrada. No pudo ser y llegó una nueva derrota del Málaga, que ha llegado extenuado a la orilla. Una pena porque el equipo quería y merecía un mejor final.
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