La Rosaleda muerde (2-0)
Resultado y crónica del Málaga CF - Girona
El Málaga, apoyado en más de 11.000 aficionados, ganó con solvencia a un rival de entidad como el Girona
Doblete de Paulino, que primero marcó un golazo y puso el descabello en el minuto 94
El Málaga es otro con La Rosaleda de su parte. Más de 11.000 almas se congregaron en su templo para acompañar al equipo a lograr un triunfo sólido ante un gran rival como el Girona. Un partido en el que Paulino descorchó el champán y luego remató la botella a morro. Va a reflotar el hit musical al que da nombre y que causó furor este verano. Guiños al ambiente que se vive. Se está cocinando algo, hay feeling entre todas las partes. Y el tema del gol ya queda para otro domingo. Fuera de casa, quizás. De momento, todos duermen con una sonrisa merecida desde el balcón del play off.
No había un gran debate en la portería, pero José Alberto lo generó con la entrada de Dani Martín por BarrioDani Martín, que había fallado en el 2-0 del Almería tras tres buenos partidos. Hizo dos cambios más con respecto a la jornada anterior, recuperando a Escassi como timonel y apostando por Roberto como delantero centro, lo que llevó a Antoñín al banquillo.
Al equipo le sentó bien el regreso del jefe y la presencia de un delantero como Roberto. El engranaje encajaba bien pese a que enfrente no había un rival cualquiera. Los dos conjuntos se marcaban con cierta distancia, se miraban. Cuando hubo que tirar de paciencia, el Málaga preparó su guardia y dibujó líneas perfectas sobre el césped de Martiricos.
Es un acordeón en algunos momentos el cuadro malacitano, tanto en defensa como en ataque (y eso que todavía está en proceso de construcción). A veces le falta esa pizca de gracia, pero también emociona con su capacidad y para robar y montar contragolpes. Kevin es quien más claro lo está viendo aunque esté todavía dando sus primeros pasos. Su aparición por dentro para tejer el 1-0 rompió el equilibrio gerundés.
Obviamente, necesitó de la genialidad de Paulino. El extremo sí era un hombre que estaba discutido, pero José Alberto le tiene fe y ya ha empezado a desequilibrar. Fue un gol de iluminado, de “balón de oro, balón de platino”. Un control orientado para sacar un latigazo con la zurda que tomó una rosca criminal, llevando la locura a las gradas de Martiricos, cargada de fieles como hacía tiempo que no estaba, con cuchillos por gargantas.
Le gusta este equipo al estadio, Hay química con la propuesta y fe en la plantilla. A Málaga le gustan los equipos que van a morder, que no se esconden y que lo siguen intentando una y otra vez. Antes del gol, los blanquiazules ya habían tocado varias veces a la puerta de Juan Carlos. Paulino mandó un balón a la madera, Kevin y Brandon también tuvieron alguna.
El Girona recordó justo antes de que López toca pitase el descanso que con o sin Stuani es un equipo con poderío. En el 46’ Peybernes y Kevin se las apañaron para despejar un balón peligroso que avisaba que la segunda mitad iba a ser dura. Sobre todo porque Míchel no titubeó a la hora de hacer tres cambios de piezas y también de dibujo.
Después de un par de amagos del Málaga, el Girona estuvo cerca de empatar con sendas ocasiones salvadas por Peybernes y Dani Martín en la misma acción. El equipo reaccionó bien y volvió a saludar a Juan Carlos, avisando al Girona de que no podía despistarse. Los catalanes se empezaron a emplear con dureza. Una entrada que sacó la bota de Luis Muñoz y un golpe a Kevin.
Había más tensión que fútbol en el césped, donde el cansancio hacía mella. Primero Antoñín y luego Jozabed, entraron para buscar nuevos aires. Iban corriendo los minutos y el Málaga aguantaba, con José Alberto sujetando los cambios a pesar de que el rival era insistente. Con mucho oficio (tarjeta a Dani Martín por perder tiempo incluida), desquició al adversario, que vio cómo expulsaban a su entrenador.
Todo eran interrupciones hasta que en el minuto 94, el infatigable Brandon Thomas cazó un balón en un su campo y cabalgó hasta la portería del Girona, donde Juan Carlos evitó su gol y gloria pero nada pudo hacer para el descabello de Paulino, rematando a un desesperado defensa que moría en la orilla del gol. Impresionante despliegue de los malaguistas, como bisontes, después de tantos minutos de esfuerzo. Duermen en puestos de play off. Sonríen y bailan.
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