Llueve sobre embarrado (0-2)

Resultado y crónica del Málaga CF - Huesca

Un error grotesco de Dani Barrio invita al Huesca a ganar en La Rosaleda

El Málaga, otra vez sin gol y sin capacidad de reacción, murió tras el 0-1 y se complica la vida

Vadillo, tras fallar una ocasión en el Málaga CF-Huesca / Marilú Báez

Llueve sobre embarrado en Málaga, donde todo lo que puede salir mal, sale peor. Esta vez el muerto se lo come Dani Barrio, con un error grotesco que tiró por la borda el trabajo de un equipo delicado que no aguanta en pie la primera bofetada de nadie. El Huesca no tuvo que hacer absolutamente nada para ganar en La Rosaleda, donde el ambiente ya venía enrarecido por la espantada de recibimiento y la suciedad del graderío. Cada detalle, cada gesto, cada paso parece que condujera a un desenlace mucho peor.

Está comprando papeletas el Málaga para complicarse la vida. En una jornada donde podía casi despedirse de los perseguidores, se sitúa un poco más cerca del precipicio. Pero aquí no pasa nada, todo es felicidad y autocomplacencia. Están fallando en fondo y formas. Y mucho que aguantó el estadio, que despidió a los jugadores con una sonora pitada. Caras de circunstancias pero tampoco surte efecto.

Resolvió Natxo González sus bajas y dudas con una alineación dinámica en la que al principio se tardó de pillar el punto. Decía estar contento con lo que veía haciendo el equipo, pero sin Víctor Gómez optó por una jugada inédita. El Málaga fluctuaba cuando tenía el balón y cuando no. Pasaba de defender con cuatro a dejar una línea de tres y carrileros al tener la posesión.

Andrés Caro, con la ele en la luna trasera, fue un elemento clave. Cerró como lateral con Escassi y Lombán de centrales, pero luego se unía a ellos en la salida y posesión. Cufré también bailó por el carril según el escenario. El joven, por cierto, notable una vez más.

Hubo más diferencias porque el dibujo es familiar pero normalmente Escassi era pivote en un 4-1-4-1 y bajaba a iniciar las jugadas. Jozabed y Febas tuvieron que situarse en el doble pivote para ayudar en la contención y recuperación. Jairo resultó también fundamental para cubrir el vacío en el flanco de Gómez. Vadillo estuvo en la izquierda y sorprendió una delantera con Roberto y Paulino.

Tardó el Málaga en tomarle la media al campo, que por cierto resbalaba en algunas zonas por efecto de la calima. Lo bueno es que el Huesca no terminó de carburar ni encontró maneras de inquietar en exceso a Dani Barrio, lo cual era una magnífica señal porque los blanquiazules son dados a conceder ocasiones claras en sus arranques.

Amenazó Roberto con la espuela tras un buen servicio de Jairo Samperio, que estaba ganado duelos a Florian Miguel. Cargaba el Málaga casi todo el juego por su costado cuando un pinchazo vuelve a cortarle las alas. Una lesión para un futbolista que estaba en pleno crecimiento después de meses de intermitencias.

Entró casi sin calentar Hicham, que volvía a la lista. Un movimiento de riesgo. Aguantó la primera mitad, forzó una amarilla y dio un centro a Roberto que el delantero convirtió en una gran ocasión. Se anticipó al veterano Ignasi Miquel y a la media vuelta sacó un disparo que Andrés rechazó con dificultad.

Había estado ganando espacio el Málaga, que cerró de manera convincente la primera mitad, en la que Vadillo gozó de otra ocasión clarísima tras un servicio brillante de Jozabed. Faltó, como casi siempre, finura en la definición.

Xisco Muñoz no se quedó inmóvil. Introdujo a Joaquín Muñoz y Escriche, que casi sin quererlo fue protagonista del partido en la primera que tuvo. Nada más empezar el Huesca envió un balón al área que el atacante no controló y e iba mansa para un Dani Barrio que se tiró al césped para retener el balón y lo que consiguió fue que se le escapase. Escriche anduvo rápido y se la sirvió a Marc Mateu, que marcó a placer.

El gol aturdió al Málaga, que empezó a llegar tarde a todas las citas y vio un par de amarillas. Y así, casi sin darse cuenta, concedió una contra al Huesca para poner el 0-2. Seoane y Escriche galoparon en sintonía para que el primero batiese con una tremenda calidad a Dani Barrio mientras perdía la estabilidad.

La única vez que remontó un partido en esta temporada fue ante la Real Sociedad B en La Rosaleda en la primera vuelta. También algún empate de mérito como el 2-2 ante el Sporting. Poco más. Así que Natxo tiró de Antoñín y Brandon para la media hora final por unos desdibujados Paulino y Vadillo.

La afición, que había recibido un desplante en el recibimiento y se encontró los asientos embarrados, estaba caliente. Era una obligación dar la cara y morir en el intento. Sin embargo, el resto de la película ya se ha visto infinidad de veces en la presente campaña.

Cambios, desorden, alboroto sin sentido, entradas a destiempo, más cambios inocuos, prisas, algún nuevo arreón inconexo y ver si a la desesperada cae algo entre el ochenta y tantos y el añadido antes de que el rival haga el tercero.

Y así van pasando las jornadas y el Málaga que soñaba con verse en el Top 10 suma con los dedos las distancia que hay con el descenso. Falta autocrítica y propósito de enmienda.

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