Oh, agria Navidad (0-2)

El Málaga cierra el año natural y la primera vuelta con la afición de uñas contra el entrenador y un equipo casi caído y al que la manta de las lesiones ya no le cubre el cuerpo entero. Claudicó ante el Leganés sin haber optado al triunfo en ningún momento. Es el remate para una racha terrorífica. Más de juego y sensaciones que de resultados, que también. Lo que debían ser tres puntos apaciguadores y que otorgaran el “excelente” ha derivado en un plebiscito contra el entrenador justo cuando el equipo se va al parón navideño.

Sorprendió que José Alberto prescindiese de un nueve puro en su alineación, pero el gran cambio venía en el dibujo. Apostó por un 4-1-4-1 que se había echado en falta en otras fases de la temporada, pero que con las bajas actuales quedó deslucido. Sin Luis Muñoz y Jozabed perdió algo de sentido.

Tras un arranque de tanteo e imprecisiones, el Leganés fue imponiendo ritmo y maneras hasta llevar al Málaga al rincón en no pocas ocasiones. El equipo blanquiazul, a pesar del panorama, sufrió más por sus propios errores o despistes que por mérito del conjunto madrileño. Borja Garcés perdonó lo suyo también y la que mejor cazó la anuló Dani Martín con el pie.

El Málaga puso de su parte más voluntad fue fútbol y a veces ni siquiera eso. Pasada la media hora larga de juego emergió Antoñín (esta vez en la derecha) para comandar un par de acciones. Se reclamaron sendos penaltis, uno por derribo a Pey y otro por supuestas manos. Nada.

El equipo regresó del vestuario con la misma torrija, falto de nervio y el Leganés no tardó en asestar el primer hachazo. Una acción a balón parado que ejecutó con maestría Rubén Pardo pero que contó con la colaboración de la zaga. Esta vez rompía el fuera de juego Víctor Gómez.

Tras dejar unos minutos, José Alberto introdujo a Hicham y Roberto retirando a Jairo y Dani Lorenzo. Que sentase al canterano no gustó a la grada, que pitó el cambio. Estaba nervioso el público, que veía pasar los minutos y el Málaga no le regalaba nada a lo que poder agarrarse.

Con el carrusel de cambios y el desorden, los jugadores del Málaga se olvidaron de cerrar atrás y una ocasión medianamente bueno se transformó en el 0-2 y la lesión de Hicham. El marroquí hizo un esfuerzo titánico para tratar de evitar la sentencia, pero no lo logró y encima se llevó la mano a la pierna. Una más para el joven extremo.

Por primera vez en lo que va de temporada se gritó “José Alberto, dimisión”. Se apunta al técnico, que ha ido perdiendo el favor del público con el paso de las semanas, sobre todo con esta reciente racha de resultados. Los jugadores salen ilesos y hasta se llevaron algunos aplausos al final de la cita. Parece ser que la plantilla tiene todavía la bula que al asturiano ya se le ha retirado.