Una foto movida (0-0)
Resultado y crónica del Málaga CF - Las Palmas
El Málaga sigue buscando un nosotros que no llega y pasa apuros contra Las Palmas, que estuvo más de 50 minutos con diez hombres
El Málaga ya cuenta con su ejército de yoes, de dorsales que huelen a nuevo, de nombres que ilusionan leídos de carrerilla en un once o una convocatoria. Pero hoy, todavía, son más lo que prometen que lo que son. Son el hambre atrasada de la afición tras dos años en un carrusel de emociones. Esas ganas también pueden fagocitar al equipo, que todavía tiene los nudos flojos y que tropieza a menudo con su propio entusiasmo. A Las Palmas le bastó el orden y cuatro ideas salpicadas para irse con un punto a pesar de estar más de 50 minutos con uno menos. Puede que le sepa a poco, incluso.
No hay magia sin trabajo. Y el trabajo es tiempo, pero a ver quién se lo explica a la competición, que ya es un tren en marcha. El talento del prestidigitador es que la ética y la estética confluyan para lograr una nueva singularidad, un nosotros que sea una unidad. Pellicer probó el quinto traje a su Málaga, con Escassi y Luis Muñoz en el centro del campo y alguna cara nueva de inicio.
No terminó de fluir el Málaga, que ni iba ni venía ante Las Palmas. Demasiados riesgos innecesarios, carriles descuidados, revoloteo sin picar. Lo contrario que los de Pepe Mel, con un plan fijo e invirtiendo en los errores de los blanquiazules, muchos no forzados. A los puntos, los canarios llevaban ventaja.
El contexto cambió cuando a unos minutos del descanso el colegiado entendió que un derribo de Álex Suárez sobre Caye Quintana –buenos movimientos del punta– era merecedor de roja directa. Las Palmas se protegió y llegó a la meta volante con el 0-0 y mejores sensaciones globales.
Tras el paso por vestuarios Pellicer arrasó con su banda derecha, que había sufrido en exceso, para regresar con una nueva apertura. Poco después tiró de Chavarría y siguió con Larrubia, desplazando pestañas en esa persecución de clavar el engranaje en el punto exacto.
No dio la sensación de superioridad el Málaga, que hasta recibió algún gol en fuera de juego. Se mantuvo firme Las Palmas, que pasó a volcar algo más el juego por Matos y rondó los dominios de Barrio sin complejo alguno. El desconcierto se hizo mayor a medida que el cronómetro apretaba y los canarios seguían comprando boletos de gol. Jozabed tuvo hasta tres ocasiones de diferente intensidad para romper las tablas, pero le faltó colmillo, como a casi todos.
Apuró hasta casi el final Pellicer para hacer el quinto y último cambio, con el que dio descanso al voluntarioso Caye Quintana y premió con minutos al canterano Julio. El delantero del filial rozó la gloria con un cabezazo que obstaculizó Curbelo. Segundos después el Málaga tuvo la última en las botas de Cristian. Arañazos a un cristal.
Segunda sigue dejando lecciones a este Málaga joven y en proceso de construcción del nosotros como un todo. Más allá del valor que pueda tener el punto a largo plazo, la sensación inmediata es que parece un cuchillo de huntar la mantequilla cuando en LaLiga SmartBank casi todo el mundo lleva navajas afiladas. La foto final de Pellicer todavía está movida.
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