Un ejército arrugado (3-0)
Resultado y crónica del Mirandés - Málaga CF
Otra humillante derrota del Málaga, ahora en el campo del Mirandés, en el estreno de Natxo González en el banquillo
El 1x1 de los jugadores: Falta de amor propio y ajeno
El Málaga que ha sido destrozado por el Mirandés en Anduva empezó la temporada en La Rosaleda arrollando a este mismo rival durante más de una hora de partido, aunque terminase pidiendo la hora. La cuestión es qué diablos ha pasado en este trayecto más allá de la lesión de Luis Muñoz (capital, sin duda), que no deja de ser una variable habitual del fútbol. Lo que está claro es que estos jugadores tienen que reaccionar porque ahora mismo están en caída libre. Lo que era un sueño en un papel es hoy una bola en una papelera. Arrugado, como los soldados blanquiazules.
El Málaga es como el niño que nunca empieza la pelea, espera a recibir antes de ser hostil. Es un lujo que no se puede permitir. Y basta con un partido con otro entrenador al mando para saber que esto es una cuestión de la plantilla, que aunque se corrija algo con fichajes (que son necesarios). Todos los rivales de Segunda División ya saben cuál es el mayor pecado blanquiazul: es blando. No necesitan llegar mucho, a la primera o la segunda casi siempre es gol.
La temporada está siendo como el champán descorchado. Prometía grandes luces y ahora mismo cada vez da más la sombra. La zona de nadie es algo que exaspera al malaguista, al que la ilusión por el cambio de técnico le duró dos minutos, los que necesitó el Mirandés para desarmar al Málaga. Saliendo así a los partidos, con esa desconexiones y falta de hambre, ya puede convencer Manolo Gaspar a Pellegrini que no va a resultar.
Hay calidad en la plantilla y opciones para probar muchas cosas. Ahora le toca a Natxo González, que ha pinchado justo donde José Alberto se hizo el harakiri ante el Ibiza. Con Ramón y Febas puede haber momentos de una gran belleza y largas combinaciones, pero sin balón el equipo es un despropósito. No por culpa de ellos, es general. Con el paso de Escassi a la defensa se acabó de confirmar que de centrales va la cosa cortita ahora mismo. Y que todos los demás son incapaces de armonizar. Hay transiciones terribles y unos errores no forzados impropios de un conjunto llamado a orbitar la sexta plaza.
Las intenciones de inicio fueron nobles. Hubo alguna combinación larga pero dinámica y ciertas escaramuzas (sobre todo de Jairo) muy resultonas, pero sin nueve y sin una línea de grandes llegadores por detrás, es complicado barrer las murallas que se suelen plantear en LaLiga SmartBank.
El tiempo irá permitiendo a Natxo imprimir su sello, porque sí, se vislumbran interesantes propósitos. Apenas lleva unos días en el aula de La Rosaleda, pero sí era una lástima no tener una presentación más convincente para estimular a una plantilla desconcertante.
El 2-0 fue un viaje absoluto a los desastres más recientes, con una acción del Mirandés en la que el Málaga sólo puso a los figurantes. La media de goles encajados cuadrando también con Dani Barrio, que antes evitó el segundo ante Escobar, que fue precisamente quien asistió a Camello 30 segundos después de que Víctor Gómez tuviese que jugarse el penalti para evitar otra acción peligrosa de Brugué.
No se podía exigir más que dignidad al Málaga para afrontar la segunda mitad. Hay rasgos que no se pueden impostar, pero con cierta voluntad se puede forjar el carácter. Y el guion deparó un resumen perfecto de lo que es ahora el conjunto malacitano. Jairo lo tuvo todo a favor para batir a Lizoain, ajustó su disparo y le restó maldad, permitiendo un despeje. La respuesta fue ver cómo Ramón se derritió como un azucarillo y Hassan condujo plácidamente hasta la zona de disparo. Esta vez sin coartada para Barrio.
Con el equipo tambaleándose, el nuevo técnico no movió una pieza. Y lo que se avecinaba era una escabechina aún mayor, con el Mirandés perdonando. Los cambios no llegaron hasta la hora de partido, cuando Roberto (de largo el mejor delantero del equipo) y Antoñín dieron algo de energía a un Málaga mustio.
Tiene Natxo todavía que hacer desaprender a este equipo, que tiene un pulso justito y muchas grietas, muchos de sus tics. Es tan previsible todo que los partidos no son bonitos ni para un espectador neutro a pesar de la borrachera de goles. La próxima parada es Zaragoza, donde el vasco se doctoró. Igual significa algo. Dicen los que le conocen de Riazor y La Romareda que merece la pena esperar a que cuaje. Veremos.
Para rematar la broma, Brandon se marchó llevándose la mano a la ingle y Juande salió a los 85 minutos con nuevos problemas físicos. Un panorama desalentador. Para colmo queda solamente un día de mercado y los recursos son escasos. Los que están, recurriendo al tópico, son los que tienen que arreglar lo que ellos han roto.
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