Roberto y las diez sombras de Míchel

El Málaga vuelve a penar en el día del sí o sí

Las paradas del meta evitaron una debacle más temprana

16 de octubre 2017 - 02:10

Ni el parón ni los descansos han servido de bálsamo. El bloqueo mental del Málaga sigue siendo el mismo. Un arranque prometedor, gol infantil -líos arbitrales aparte- y vuelta a penar por el césped de una Rosaleda que da sin recibir. El conjunto costasoleño aún no ha estado por delante en el marcador en lo que marcha de Liga y el ciclo vital del choque pudo acelerarse de no ser por el responsable de que la meta propia quede a cero. Sobre la contraria, ya sería mucho pedir, no podrá tener influencia.

Roberto Jiménez atajó dos mano a mano a Nordin Amrabat, el primero cuando el Málaga se volcaba sobre la portería del Leganés, tapando varias de las vergüenzas que defensivamente tocan al equipo. Baysse pudo acabar expulsado y sufrió lo que no está escrito con el atacante marroquí, mientras Luis Hernández volvió a ser una sombra del asturiano imponente que salvaba al Sporting y se ganaba el pase a un Leicester de Champions.

Y si atrás hay problemas, qué decir de arriba. De Diego Rolan no se puede vivir eternamente pese a que Peñaranda parezca un recurso a tener en cuenta. El venezolano va a mejor físicamente a falta de que entienda que por sí solo no se va a ningún lado. Algo parecido a lo que necesita Juanpi, otro día más decepcionante y pitado. Todo ello y mucho más en un barco cuyo capitán (Recio) actúa más con el corazón que con la cabeza.

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