La Rosaleda, otra incógnita
El descenso a Primera RFEF implicaría un nuevo convenio de uso del estadio, propiedad de las tres instituciones, así como la revisión de los contratos de patrocinios firmados en verano
La ampliación de La Rosaleda, condición para ser sede del Mundial 2030
El parece que inevitable descenso del Málaga CF a Primera RFEF, la salida del fútbol profesional después de 25 años, desde aquella mágica tarde del Terrassa, sería un golpe durísimo y tendría muchas consecuencias. “El 95% de la plantilla del club tendría que ir a la calle, la RFEF ha dado 300.000 euros este año a Deportivo y Córdoba, los que más. Es insostenible”, decía ayer en la Ser Antonio Aguilera, representante de la APA. El descenso es un efecto dominó.
El mensaje oficial es que aún es posible, pero poca gente cree en que este Málaga evite el descenso, a 10 puntos de la salvación y con 36 por jugar. Harían falta un mínimo de ocho-nueve victorias en 12 partidos. En 30 encuentros se han conseguido sólo cinco. En las instituciones hay pesar. Tanto el Ayuntamiento como la Diputación le dieron una inyección importante con un contrato de patrocinio que, lógicamente, es insostenible en una categoría inferior. Habría que renegociarlo. Aunque el propósito de ellas es no dejar caer bajo ningún concepto al club. La cicatriz de la desaparición a principios de los 90 es aún muy visible. El caso Al-Thani se enreda hasta el hastío, pero hay maneras de desbloquear la situación.
Una de las consecuencias del descenso es que el convenio de uso de La Rosaleda, que es propiedad de la tres instituciones (Junta, Ayuntamiento y Diputación a partes iguales), con el Málaga CF. Al salir de la esfera profesional toca revisar un asunto pendiente en las últimas temporadas. El Málaga disfruta de condiciones privilegiadas para el uso del coliseo de Martiricos. La muy cercana nueva realidad, desconocida para un par de generaciones malaguistas, de salir del circuito profesional tiene numerosas consecuencias, además de caer a un pozo que atrapa. Albacete o Mallorca han rebotado en los últimos años y han salido reforzados. Pero ahí andan Deportivo o Numancia, atrapados.
El estadio está en la carrera también para ser sede del Mundial de fútbol de 2030. Ya lo fue en 1982. Si España es escogida, algo que se sabrá en 2024, hay muchas opciones, pero hay que realizar algunas actuaciones y una ampliación importante, hasta más de 40.000 espectadores netos, para acoger partidos del mejor torneo del mundo. España tiene ahora mismo 14 candidatos, por lo que tendrá que realizar tres descartes. Al margen de La Rosaleda, las otras posibles sedes son: Camp Nou, Santiago Bernabéu, Metropolitano, Mestalla, Cartuja, San Mamés, RCDE Stadium, La Nueva Condomina, Anoeta, La Romareda, Riazor, Gran Canaria y El Molinón. Portugal pondría sus tres estadios de más capacidad, los dos de Lisboa y el de Oporto. Además, está Ucrania, en función de cómo evolucione la guerra. A finales de año deben estar decididos los estadios de la candidatura hispanolusa de origen, que compite con la de Arabia Saudí-Egipto-Grecia y con otra simbólica Argentina-Uruguay-Chile-Paraguay, ya que es el centenario de la primera edición, disputada en el país charrúa.
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