Sandro y Camacho intentaron dar ánimo

No iba a jugar, así lo había dejado entrever Míchel. Pero era un ardid. El canario, de hecho, disputó los 90 minutos. Y fue el mejor blanquiazul. Mantuvo un alto ritmo que le permitió presionar y robar varios balones, así como campar por casi todos los sectores desde el centro del campo hacia adelante. Tiró del equipo arriba y una versión notable de Camacho permitió tener más empaque en la medular, aunque ya se sabe que el Atlético regala metros y posesión a sabiendas de que su impermeabilidad acaba haciendo de esos factores algo inocuo.

La sorpresa con los tres centrales y dos carrileros dejó a Keko como segundo delantero. Ello le dio más protagonismo, aunque en la práctica su rendimiento fue el de tardes anteriores. Ahí quedó, eso sí, un remate de tacón en un bonito recurso tras centro de Sandro. También le tocó a José Rodríguez asumir más decisiones ofensivas, pero la ruleta no le sonrió. Hasta en tres ataques apostó por soluciones erróneas que lastraron la posibilidad de gol.

Rosales y Juan Carlos fueron más protagonistas, si cabe. Más continuo el madrileño, más intermitente el venezolano, ambos sin generar profundidad. Luis Hernández y Llorente estuvieron muy ñoños en el reverso de Torres antes del 0-1 y Ricca pagó la inactividad rompiendo el fuera de juego de Filipe en el segundo.