Sandro se fue entre sollozos del estadio

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Acompañado de su agente, se le vio semblante triste el día en que Koeman le hizo un seguimiento en la grada

Sandro se duele tras recibir la patada de Cabral que supuso el penalti. / Marilú Báez

Málaga/El futuro de Sandro está en el alambre y cualquier día puede ser decisivo para conocer su futuro. Como el de ayer, en el que ocurrieron muchas cosas. Ronald Koeman, entrenador del Everton, quiso verle en persona porque tiene firme intención de llevárselo a Liverpool la próxima temporada. Y se marchó con muy buena impresión. Causalidad o no, el canario no se fue precisamente alegre del estadio. Se le vio abandonar La Rosaleda junto con su agente, Ginés Carvajal, y un rostro bastante triste, con evidencias de haber llorado o estar muy emocionado.

Muchos factores que concuerdan aunque sin evidencias de que Sandro haya tomado ya una decisión que le aleje de Martiricos. Lo único cierto es que desde hace días maneja una suculenta propuesta blanquiazul, que dobla sus actuales emolumentos y que le convertiría en el pilar del próximo proyecto.

El técnico del Everton, que lo pretende, se tuvo que ir a un palco privado ante el revuelo

Sin embargo, los conjuntos empiezan a apilarse en su puerta para buscar la pole de su decisión en el caso de que definitivamente se vaya del Málaga. Desde la Premier League llevan siguiéndole hace mucho tiempo. Por ello el Everton no quiere perder tiempo. El cuadro británico manejaba muy buenos informes de su rendimiento, pero su entrenador quiso comprobarlo de primera mano en Martiricos. Obviamente, alguien tan conocido era difícil que pasara desapercibido en el palco. Acompañado de varios ayudantes, el técnico holandés estuvo en el palco tomando buena nota de sus evoluciones. Cada vez que disparaba a puerta o culminaba una acción, las palabras y miradas cómplices con los suyos eran muy evidentes.

Muy cerca de él estuvo Ginés Carvajal, agente de Sandro. Nada de casualidad, ya que se les pudo ver departir amistosamente durante el tiempo de descanso. Es más, fue tal el relevo que formó en torno a la figura del holandés que tuvieron que abandonar el palco para meterse en uno privado a ver la segunda mitad.

Los que vienen se presentan como unos días decisivos en torno al futuro de Sandro. Si es para bien, el Málaga podrá confirmar a su gran pilar para el plantel del año que viene. En caso contrario, dispondría de tiempo para buscar una alternativa al gran hueco que dejaría.