Sembrar malaguismo en el drama
Miles de personas recibieron al equipo más de dos horas antes del partido
Ambientazo en las gradas con muchos niños y jóvenes
Decepción final porque la victoria no llegó
Ziganda: "El Málaga puede ganar todo lo que le queda"
El Málaga se acerca al descenso. En esa huida hacia una salvación que parece casi imposible, sin embargo, hay siempre alguna veta positiva. Los recibimientos que ha habido en las últimas semanas antes del partido. “Se me saltaban las lágrimas en el recibimiento viendo la pasión que nos transmitía la gente”, decía Sergio Pellicer tras el partido. Muchos jóvenes, muchos niños acompañados de sus padres, cantando todo el repertorio dos horas y media antes del encuentro. Las sensaciones eran tremendas. Ramón Enríquez, baja clave por esa rotura fibrilar que ha descuadrado al esqueleto que había enderezado la marcha del equipo, un canterano desde alevines en Málaga, se asomaba a uno de los balcones de La Rosaleda para aplaudir y cantar con los aficionados y agradecerles su apoyo ante miles de personas que aguardaban en la Avenida la llegada del equipo. El calor que hacía no disuadió ni mucho menos a la hinchada.
El Málaga está aspirando a un indulto para permanecer en Segunda División y no despeñarse después de 25 años fuera del fútbol profesional. La catarata de errores y malos rendimientos que han llevado a la situación actual está ahí, pero también hay que reconocerle al equipo vergüenza torera para rebelarse en una situación en la que no es sencillo ser competitivos. Por resultados, el Málaga es el equipo más en forma en el último mes y medio de la Liga, en el que ha sumado 13 puntos de 18 posibles. A pesar de ello, a seis puntos. E intentando sembrar dentro del drama. 27.200 personas acudieron a un partido de un equipo que salía a siete puntos de la salvación y se queda a seis. Pero pese a todo hay a lo que agarrarse para un futuro. La gente está detrás y al lado de un equipo que no ha bajado los brazos.
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