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Tranquilidad y reflexión
En el Málaga se analiza la situación del técnico tras la goleada ante el Ibiza, pero se llama a la calma y la unidad mientras se calibran todos los factores
José Alberto dirigirá hoy al equipo y, en principio, se sentará ante el Mirandés
La histórica goleada encajada ante el Ibiza en La Rosaleda ha dejado muy tocado a José Alberto López, sentenciado por el estadio de forma prácticamente unánime después de una pequeña tregua. Sin embargo, la destitución de un entrenador no es algo sencillo y tiene sus aristas, no es una decisión que se pueda tomar a la ligera. El Málaga no es ajeno a lo que sucede en su entorno y está estudiando el escenario actual desde todos los ámbitos, calibrando y huyendo de la reacción en caliente, que normalmente conduce a caminos equivocados.
La apuesta por José Alberto era más pensando en medio plazo, como conductor de una transición. Se le firmaron dos temporadas porque existía la convicción de que era una de las mejores opciones en el mercado para dar cierta continuidad a lo que se venía sembrando después de que Sergio Pellicer decidiese no renovar su contrato.
Conviene recordar también que la situación del club continúa siendo complicada y tiene limitaciones económicas. Un hipotético despido también tendría consecuencias directas en el límite salarial y en el Málaga es muy ajustado. La entidad no quiere hipotecar la temporada que viene en esta ventana de invierno en la que todavía está pendiente de dos fichajes. Es cierto que los emolumentos del entrenador asturiano no son prohibitivos, pero habría que sumar el gasto del teórico sustituto. Todo, una vez más, tiene que estar muy meditado. Eso sin olvidar que cualquier operación debe ser autorizada por la jueza Ruiz González una vez que pase el filtro del administrador judicial José María Muñoz.
El mercado de técnicos, lógicamente, ofrece multitud de alternativas. La cuestión es cuáles pueden encajar en los márgenes y necesidades del Málaga, que es una de las plazas más codiciadas de Segunda, tanto para el plazo corto como para el medio. El equipo, a pesar de su paulatina pérdida de crédito, no está hundido y mantiene una relativamente buena posición. Necesita nuevos estímulos, eso sí, un vestuario en el que todo no es tan bonito como pintan los futbolistas.
En Martiricos se entiende que todo esto es parte del futbol, que cuando el balón no entra puede pasar, por eso se insiste en darle normalidad. De momento, José Alberto tiene previsto empezar desde este lunes (10:30 horas, Anexo) con los entrenamientos con la mente puesta en el encuentro contra el Mirandés del próximo domingo. En principio, se sentará en el banquillo.
La mayor preocupación que tiene el Málaga es que se rompa la comunión labrada en los últimos tiempos con su afición, que ha sido clave para conseguir buenos resultados hasta este reciente bache, que también está bajo análisis dado el bajo rendimiento de muchos futbolistas en los últimos tiempos.
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