El #YoMeQuedoEnCasa del deporte malagueño por el coronavirus
Parón competitivo
Los deportistas malagueños exhiben por redes sociales la extraordinaria situación que viven y mandan un mensaje de concienciación
Un fin de semana todavía de invierno es sinónimo de efervescencia deportiva. Partidos, competiciones, entrenamientos... Las ligas entran en su tramo decisivo, de fondo hay unos Juegos Olímpicos en 18 semanas, hay deportistas malagueños diseminados por todo el mundo preparados para competir, pero el coronavirus ha hecho saltar por los aires toda actividad organizada en España y cada deportista se lo toma como puede. Hay mecanismos para seguir trabajando en casa físicamente, pero evidentemente, en grupo no se puede. Aún se está en una fase primera de la protección de contactos, que, visto el crecimiento de la expansión del virus, se hará más dura. Sí parece que hay una concienciación colectiva con el #YoMeQuedoEnCasa. A través de las redes sociales, exhiben cómo se las apañan.
Los grandes equipo de la provincia, Málaga y Unicaja, han parado de entrenar siguiendo las recomendaciones de los organismos competentes. No ha habido, de momento, casos positivos en los clubes pero se aboga por el teletrabajo de los miembros del club. Y las entidades, además de contribuir a parar la pandemia, también quieren proteger a los que son sus mejores activos. Así, a través de las redes, Jaime Fernández mandaba fotos de un desayuno desde su terraza con vistas al mar. El jugador del Unicaja está en proceso de recuperación de sus problemas en los tendones de Aquiles. El club estudia fórmulas para ver cómo se articula el tratamiento de sus jugadores. Una imagen parecida colgaba el portero del Málaga, Munir, que no se moverá de Málaga. Estaba convocado con su selección, Marruecos, para final de mes, pero los partidos FIFA se han suspendido. Sadiku, delantero del equipo de Pellicer, mataba el gusanillo pegando pelotazos en la terraza de su casa.
Igualmente, otros futbolistas malagueños de élite también muestran cómo es su situación. El positivo del jugador de baloncesto del Real Madrid Trey Thompkins propició que las plantillas y trabajadores de las secciones de fútbol y básket fueran puestas en cuarentena y tengan que estar dos semanas aislados. Allí están Isco Alarcón y Brahim Díaz. El primero, otra vez con bastante protagonismo para Zidane tras meses bastante de ostracismo, mostraba un cuadro pintado en el jardín de su casa. Brahim, mientras, exhibía cómo trabajaba físicamente con una máquina en el jardín. Los dos con la etiqueta #YoMeQuedoEnCasa incrustado, como Javier Ontiveros hacía con su perro en Villarreal.
Alguien que va por delante de lo que se está viviendo ahora en España es el futbolista del AC Milan Samu Castillejo. El de Huelin lleva varios días metido en casa. Lombardía, región de cuya capital es Milán, donde el coronavirus ha golpeado con más virulencia en toda Europa. A través de las redes exhibía con tono de humor sus habilidades en las labores de la casa. "Para salir a la calle hay que tener una autorización, sobre todo para la gente que trabaja, y el resto sólo puede salir en situaciones de emergencia como ir al supermercado o a la farmacia. La semana pasada fui al supermercado, cuando todavía no estaban cerrados, y parecía más un hospital que un supermercado; estaba todo el mundo con mascarillas y guantes, pero creo que toda medida es poca. Para ir al mercado tienes que ir solo", decía Castillejo, avisando de lo que puede venir por aquí.
En Málaga está de vuelta Sole López. La jugadora de balonmano malagueña estaba concentrada con la selección 2021, que trabaja para el Mundial que se debe celebrar en suelo español ese año. Para finales de este mes, del 22 al 24, debía jugar con la selección el Preolímpico que se celebraba en Llíria y que ha sido suspendido. Allí también estaba convocada Marta López. La extremo no puede regresar a Rumanía, donde juega con el Ramnicu Valcea, porque debe pasar la cuarentena. El virus no está extendido en el país aún y los ciudadanos españoles deben aguardar. El Preolímpico se ha postergado hasta junio, siempre a expensas de la evolución del virus. A España debían venir Argentina, Suecia y Senegal para pelear por dos plazas. Cada país puede estar en ese momento en un estado distinto de evolución del virus, lo que puede complicar el asunto.
En los Juegos Olímpicos piensa también Damián Quintero, con serias posibilidades de conseguir una medalla. Un retraso en la cita preocupa al de Torrelinos, en el cénit de su carrera. Quintero se ejercita ahora en casa de su novia, en Madrid, una vez ha cerrado la Residencia Blume en Madrid a causa del virus. Allí hay otros atletas malagueños, caso del prometedor Ouassim Oumaiz, también con la vista puesta en Tokio, u otros atletas como el lanzador Juan Jiménez.
Duane da Rocha, que fuera nadadora olímpica en Londres'12 y Río'16, es ahora azafata de vuelo. Tras comprobar cómo bajaba drásticamente el número de pasajeros en vuelos, expresaba su alegría por regresar a casa. Los vuelos, evidentemente, han sufrido una caída. En Canadá, Sergio Scariolo, malagueño de adopción, pasaba las pruebas del coronavirus y daba negativo. Había estado en el mismo pabellón y había jugado contra Rudy Gobert, el primer baloncestista de la NBA que había dado positivo y el que aceleró todo el proceso. Con él está ya su hijo Alessandro, que estudia y juega en New York. La NCAA se ha cancelado este año.
Es un mapa, con algunos ejemplos, de cómo afecta el coronavirus al deporte malagueño. En un momento en el que va en aumento el temor por la expansión del virus, cualquier precaución es poca.
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