Opinión
Carlos Navarro Antolín
El Rey brilla al defender lo obvio
Zaragoza-Málaga CF | Crónica
La revolución de Muñiz fue al final la revolución de Munir. El portero llevaba tiempo sin ser héroe del conjunto blanquiazul, sin dar puntos. En La Romareda cambió el viento y lo puso a su favor. Ahí estuvo la diferencia, en las áreas. El Málaga ganó con más claridad que en casi toda la temporada disparando sólo dos veces entre los tres palos. El accidente del Reus queda disipado en una clasificación que pone a los malaguistas terceros con los mismos puntos que el Albacete y con el líder Granada a un solo punto.
Muñiz se limpió a cuatro futbolistas de entrada, tres centrocampistas y un punta. Tiró de Lacen y Keidi Bare para acompañar a N’Diaye y buscar bloquear el juego interior del Zaragoza. Para ello prescindió de Adrián y Harper. También sentó a Pacheco y Juanpi para dar continuidad a Renato Santos y Hugo, que venían de disputar la segunda mitad ante el Reus.
El juego no se vio beneficiado de manera aparente en nada. En líneas generales, con un dibujo u otro, con una alineación u otra, el fútbol desplegado por el equipo fue el mismo. Renuncia del balón y algún desajuste difícilmente explicable. El Zaragoza, sin hacer nada del otro mundo pero con mayor voracidad en casi todas las acciones, gozó de unas cuantas ocasiones, casi todas de Pombo.
El Málaga se limitó a aguantar y aguantar. Sufrió, achicó, tuvo suerte puntual... Pero daba la sensación de que todo formaba parte del gran plan de Muñiz, que estaba justo donde quería. Y llegó el zarpazo. Ricca subió una vez, le hicieron una falta de tarjeta y marcó el gol. Todo en menos de un minuto. Casi marca Gual al poco de sacar de centro pero al descanso se llegó con 0-1.
Muñiz movió ficha al descanso. Lacen, amonestado y superado, dejó su sitio a Adrián. El canterano Hugo, a Juanpi. Tocaba hacer bueno el resultado y tratar de matar antes de que el empuje del Zaragoza diese algún fruto.
El venezolano se presentó dejando algún buen pase, pero es que el Málaga renunciaba demasiado pronto al balón. Quemaba en los pies de algunos jugadores y Diego González cometió un error garrafal que Gual no aprovechó (mérito de Pau y, sobre todo, Munir). Los maños apretaron más todavía, a lomos de la grada, y Munir tuvo que frenar otra ocasión de Gual en el mano a mano.
Ahí estuvo la diferencia. El Málaga no generó prácticamente nada y marcó dos goles. Al Zaragoza se le hizo de noche delante de Munir. Las áreas diferencian a los grandes de los que no lo son. Y el Málaga en Segunda está obligado a serlo. Nadie ha ganado más partidos en la primera vuelta. Aunque no deja de quedar un cierto regusto extraño que susurra que el equipo podría ser líder destacado. Ah, y el once, una llamada desesperada a los fichajes.
Zaragoza: Cristian Álvarez; Benito, Guitián, Álex Muñoz, Lasure; Javi Ros (Aguirre, 60'), Eguaras (Zapater, 72'), James Igbekeme, Pombo; Marc Gual y Guti (Soro, 46').
Málaga: Munir; Cifu, Pau Torres, Diego González, Ricca; Renato Santos (Iván Rodríguez, 85'), N'Diaye, Lacen (Adrián, 46'), Keidi Bare; Hugo (Juanpi, 46'), Blanco Leschuk.
Goles: 0-1: Ricca (30'). 0-2: Adrián (82')
Árbitro: Pizarro Gómez (madrileño). Pocas acciones complicadas que decidir. En líneas generales no tuvo problemas pero fue ligeramente casero en las pequeñas decisiones.
Incidencias: Partido correspondiente a la vigesimoprimera jornada de Segunda División disputado en el estadio de La Romareda ante unos 24.898 espectadores. La mejor entrada hasta la fecha en toda LaLiga 1|2|3.
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