Alfonso Herrero, el ángel de la guarda del ascenso

Málaga le reza a San Alfonso, capitán y líder de este vestuario: "He encontrado mi sitio, el sitio donde soy feliz, el sitio donde se valora mi trabajo, donde es feliz mi familia"

Le echa un pulso a Roberto como pieza clave del éxito

Los héroes del ascenso, uno por uno

Alfonso Herrero luce el brazalete
Alfonso Herrero luce el brazalete / Carlos Guerrero

30 de junio 2024 - 16:38

Alfonso Herrero Peinador (Toledo, 1994) ha sido el ángel de la guarda del Málaga CF en esta temporada 2023/2024. Puede echar un pulso perfectamente a Roberto Fernández como el hombre clave del ascenso. Porque lo suyo no ha sido flor de un día, ha sido un jardín eterno que incluso llegó a regar con un gol -que ningún ortodoxo se lo niegue- en San Fernando. El apodo de Santo estaba pillado por su ídolo, Iker Casillas. Pero en Málaga se le reza a San Alfonso y se le rezará durante años, además con compromiso de continuidad. Sus palabras sobre el césped del Costa Daurada nada más acabar el mágico partido ante el Nàstic sonaban a que será un portero de leyenda y que trascenderá. "Daba igual lo que pasase, me iba a quedar aquí de todas las maneras. He encontrado mi sitio, el sitio donde soy feliz, el sitio donde se valora mi trabajo, donde es feliz mi familia. Málaga es mi sitio y quiero que esto siga, la verdad", afirmaba el manchego aún emocionado por lo que había vivido en tierras catalanas.

El Málaga jugó a que podría retener a Rubén Yáñez el pasado verano. El meta fue el único que salió reforzado de la plantilla del descenso a Primera RFEF. Aunque se le puso mucho dinero sobre la mesa, ya tenía las maletas más que hechas. Hace una década, Herrero era el suplente de Yáñez en el Real Madrid Castilla de Zinedine Zidane. Otra vez siguió su estela. Al toledano, sin embargo, no le parecía un paso atrás sumarse al proyecto blanquiazul aunque eso significase que le tocaría regresar al bronce cuando ya se había asentado en Segunda División. Sus miras eran más altas, más a largo plazo.

Málaga, apuesta vital

Era el Málaga una apuesta vital, un sitio donde asentarse y crecer, donde hacer historia, donde poder sumar todo lo aprendido. El club fue a la verdad con él. Tras las calabazas de Yáñez, a Herrero le puso sobre la mesa el mejor contrato posible, convirtiéndose en el jugador mejor

agado del equipo (en pugna con Nelson Monte). El tiempo ha demostrado que acertó Loren Juarros y que también lo hizo el guardameta, sin lugar a dudas el mejor de los dos grupos de Primera Federación.

No le era extraña ni la tercera categoría ni la Costa del Sol. Tras el Madrid y el Oviedo, probó suerte en el Marbella. No fue una temporada que recuerde con especial cariño por el desastre deportivo que fue aquel megalómano proyecto blanquillo de la mano de Best of You que descendió a Tercera RFEF cuando aspiraba a Segunda. Sí le marcó Málaga, una provincia que supo apreciar.

Alfonso Herrero, en La Rosaleda.
Alfonso Herrero, en La Rosaleda. / Carlos Guerrero

Se sacó la espina de Marbella con dos temporadones en el Burgos y el Mirandés en la categoría de plata. Quería más, quería estabilidad y un lugar donde hacer historia. Se cruzó el Málaga, en bendito momento para ambos. No fichó Juarros a un simple portero, también a un líder, a un capitán. No tardó en ganarse los galones en el vestuario, llevase o no brazalete en el campo. Respetado y querido por sus compañeros, si figura trasciende lo meramente deportivo. También para la afición, que lo idolatra y le ha cantado.

Es difícil recordar un partido en el que no salvase algún gol cantado, especialmente con ese alarde de reflejos tan rutinario. Logró convertir en normalidad que no entrasen muchos mano a mano. Rompió el récord de minutos sin encajar goles. Pero si hay una parada que puede definir cómo ha sido capaz de cambiar partidos, esa fue en La Rosaleda ante el Córdoba. Convirtió un gol cantado (y que habría sido el 0-2) en un contragolpe que originó el 1-1.

/ Javier Albiñana

Su magia va más allá. Su humanidad es mayor que sus cualidades futbolísticas. Tuvo un gesto para la historia con el padre y los sobrinos de José Antonio Gallardo, el guardián de Martiricos. Un encuentro íntimo, un detalle con el corazón, un noble respeto a la historia. Málaga siempre ha sido muy de porteros. Willy Caballero, Koke Contreras, Rafa, Kameni... ahora tienen que hacer un hueco a Alfonso Herrero, el ángel de la guarda del Málaga.

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