2019, el annus horribilis del jeque Al-Thani
2019 cierra como el peor año para el presidente del Málaga desde que compró el club hace casi una década
Empieza y termina enfangado en temas judiciales y sin ningún apoyo externo
Abdullah Al-Thani cumplirá este verano una década como presidente del Málaga. Muchas cosas han pasado desde que comprara el paquete accionarial de Fernando Sanz y asumiese el control del club. Algunas, no cabe duda, fueron inolvidables en lo deportivo. En los despachos, en cambio, casi todo han sido problemas. Este 2019 se lleva la palma en cuanto a descomposición del proyecto y pérdida absoluta de imagen y apoyos fuera del club (no es que dentro tenga demasiados).
Se había ido a Catar a primeros de diciembre, así que no vivió en sus carnes el esperpéntico 0-3 ante el Reus de La Rosaleda. Se limitó a poner en Twitter –cómo no– que estaba “de muy mal humor”. Y quién no. Unos días más tarde el alcalde De la Torre confesó que habían estado hablando de La Academia y otros asuntos. La relación de ambos entonces era cordial, pero con el paso de los meses también se ha deteriorado.
Durante el mercado invernal fue una rémora. Se negó a vender a Jony al Alavés y también bloqueó la salida de Diego González a la BundesligaDiego GonzálezBundesliga. La entidad podría haber ingresado unos seis millones de euros entre ambos.
Y se llegó a febrero, con el juicio con BlueBayBlueBay. Era la primera vez que se veía al sheikh sentado ante la justicia. La resolución tardó en llegar meses, tiempo durante el que el Málaga cambió de entrenador (Víctor ocupó el lugar del Muñiz) y fue viendo cómo se esfumaban sus opciones hasta el chasco final en el play off contra el Deportivo. Como era de esperar, recurrió la sentencia que daba la razón a BlueBay y por la que el jeque perdía el 49% de sus acciones.
El verano trajo consigo la incertidumbre en todos los ámbitos. Ya sin el dinero de la ayuda al descenso se le empezaron a ver las costuras a la gestión (el divorcio con Caminero y Jofre era evidente y empezaban a desfilar auditores por el estadio, entre ellos Shaheen). La plantilla empezó la competición sin apenas futbolistas y sin poder inscribir a sus pocos fichajes, entre los que destacaba Okazaki. Aunque lo más grave llegó a partir de septiembre.
El ridículo en el mercado hizo estallar a la afición, que en los últimos meses aumentó sus críticas hacia Al-Thani. El presidente siguió a lo suyo, se cargó a Caminero y Jofre, ascendió a Manolo Gaspar y nombró a Shaheen como director generalShaheen. Todo mientras se sentaba con LaLiga, a quien presentó el cacareado plan de viabilidad económica y del que poco o nada se sabe.
Además de las presiones recibidas por la patronal de clubes, por primera vez las instituciones (Ayuntamiento, Diputación y Junta de Andalucía) se aliaron para buscar lo que se denominó como la tercera vía. El movimiento aún sigue siendo encabezado por De la Torre, pero algunas de sus opciones para que la entidad cambiase de manos se esfumaron ante la negativa rotunda del jeque a vender.
Quién lo iba a decir después de tantas reuniones, declaraciones y hasta plenos (el Málaga y Arraijanal han estado presentes en La Casona a menudo), es la Asociación de Pequeños Accionistas quien ha conseguido con su querella contra la gestión de los Al-Thani arrinconar el catarí y sus hijos. El capítulo sigue escribiéndose, pero la jueza está siendo minuciosa en el caso, admitido a trámite y al que se unió el Ayuntamiento.
Ha dado de sí el 2019 del presidente, que para colmo tiene al equipo peleando por no bajar a Segunda B. El año en que la afición le dio la espalda, con manifestaciones, pintadas y cánticos continuos.
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