El mítico ascenso del Málaga B a Segunda: un espejo 20 años después

Se cumplen dos décadas desde que el filial consiguió ascender al fútbol profesional en el momento en el que el primer equipo está ahí metido en la categoría de bronce

Los requisitos para estar ahí metidos

Los jugadores del Málaga B celebran el ascenso a Segunda.
Los jugadores del Málaga B celebran el ascenso a Segunda. / Efe

El 29 de junio de 2003, hace justo 20 años, se celebró un ascenso en La Rosaleda. Fue algo histórico. El filial, por entonces el Málaga B, accedía al fútbol profesional. Allí estaría durante tres temporadas, hasta que en 2006 bajara a Segunda B a la vez que lo hiciera el Málaga desde Primera a Segunda. Fue un trienio que ahora se mira con mucha envidia, justo cuando el primer equipo ha caído en el pozo del tercer escalafón del balompié español. Un grupo de chavales de la provincia reforzado con algún retoque externo dio dos saltos consecutivos para en dos años presentarse desde Tercera a Segunda. Primero, con un ascenso administrativo por la renuncia de otro club. Después, con otro sobre el césped ciertamente inolvidable en La Rosaleda tras derrotar al Lanzarote (3-0), que dirigía un tal José Luis Mendilibar. El Málaga B debía ganar y que el partido entre el Real Unión y la Gramanet acabara en empate. Y así sucedió...

De aquel filial, 14 jugadores debutaron en Primera División, una decena de ellos con más de 100 partidos cada uno, no sólo en España. Siete más militaron en Segunda. Málaga Hoy contactó con Juan Rodríguez (325 partidos en Primera), Nacho Pérez (220) y Juanito Gutiérrez (218) para reconstruir por qué se consiguió esa gesta y lo que vino después. "Hace poco estuvimos en el homenaje a Juan Alcaide, nuestro delegado, mucha parte de aquello es también suya. Juanito dio una charla, hacíamos cuentas y, entre Primera y Segunda, seguro salían 3.000 partidos entre todos los jugadores de ese equipo. Eso quiere decir que algo bueno se hizo...", recuerda Juan Rodríguez. Además de los citados, en aquel equipo estaban también los porteros Calatayud (179 partidos entre Primera y Segunda en España más otros cuantos en Hungría e India) y Lara, los defensas Alexis Ruano (377), Armando (204), Manolo Gaspar (182), Mario (88), Calderón (67), Abel (39), Marcos Guerrero (6) y Jesús Bernal (1), los centrocampistas Alberto Aguilar (311), Juanma Gómez (el año pasado entrenador del Málaga Femenino, 289), Perico (223), Dopico (13) y los delanteros Álex Geijo (313), Paco Esteban (201), Koke (77, más varios cientos más en una carrera itinerante que le llevó por una decena de países) y Roberto Merino (43).

Antecedentes

El Málaga B había bordeado el ascenso de Tercera a Segunda B en temporadas anteriores pero no se había conseguido. Quedó una vacante para la campaña 2002/03 y el club acometió el ascenso a la categoría superior. "Eso no se lo esperaba nadie, ese equipo se hizo tarde. Gana la plaza administrativamente. Muchos jugadores ya habían encontrado destino, como Calatayud, que se iba a Algeciras, estaban fuera y tuvieron que volver. Recuerdo que Juan Rodríguez y Capa también estaban ya fuera. Yo ya no iba a jugar más en el filial, iba a pertenecer al primer equipo y, como jugamos una categoría superior, pues sí bajé más tras jugar en Segunda B. Aunque en la jornada 25 o por ahí Tapia ya pensaba en el ascenso, era el único. "Si os metéis en el ascenso, os subo', nos decía en serio. No le dábamos más importancia", recuerda Juanito. "Era formarse y competir, se hizo a última hora. Algunos compañeros se habían ido a otro equipo. Tras ascender, intentamos repescar a todos, era la primera vez que se subía a Segunda B. El objetivo era lógicamente salvarse y no más. Formar a jugadores para que pudiesen ayudar al primer equipo, pero ya está", incide Nacho.

Los aficionados mantean a Roberto Merino.
Los aficionados mantean a Roberto Merino. / Efe

La temporada

"Fue algo inolvidable, nosotros veníamos de Tercera División, te marcas el objetivo de mantener la categoría. Y asciendes con ese equipo, llevábamos jugando cinco-seis años juntos, desde cadetes, más los que ya estaban en el filial", rescata Juan Rodríguez. "Recuerdo que llegó un refuerzo importante, Álex Geijo [acabaría con 16 goles, máximo goleador, aquella temporada], que vino a finales de la temporada anterior, como a prueba. También a mitad de temporada llega Roberto Merino, se juntó una buen grupo, la permanencia", sigue Juanito.

Juan Rodríguez, Juanito y Calatayud, en una pretemporada con el primer equipo.
Juan Rodríguez, Juanito y Calatayud, en una pretemporada con el primer equipo.

"Estoy en el primer equipo y uno de los partidos que bajo para jugar es el Cacereño y el objetivo es permanencia, permanencia, permanencia, era un logro que el filial estuviera en Segunda B. La primera vuelta ni fu ni fa, medio cómoda, pero empieza la segunda vuelta y el equipo empieza a ganar y ganar. Nos vemos metidos quinto o sexto y en vez de ponernos nerviosos, seguimos ganando y ya no es que entra el play off, es que nos metemos segundos tras el Algeciras. Si el Málaga, ojalá pasa, asciende este año, te lo puedes esperar, pero que el filial que no había sido capaz de subir a Segunda B suba...", reflexionaba Juanito, que daba contexto de cómo era la categoría entonces. "Segunda B estaba dividida en cuatro grupos. Los 16 mejores, cuatro de cada grupo, jugamos una liguilla y sólo subía el campeón de cada uno, no es como ahora que sube el primero directo en Primera RFEF. El Grupo IV, que era donde estábamos, era durísimo. De hecho, ese año subimos los cuatro equipos de ese grupo: Algeciras, Cádiz, Ciudad de Murcia y nosotros. Además estaba el Ceuta, que pagaba fichas de 20 millones de la época... Era una Segunda B muy dura". Aquel equipo acaba la temporada invicto en los últimos 14 partidos de la temporada regular, sumando 10 victorias y cuatro empates, 34 de los últimos 42 puntos.

Celebración en el vestuario.
Celebración en el vestuario. / Efe

La gesta

El Málaga B queda emparejado en un grupo con el histórico Real Unión de Irún, más la Gramanet y el Lanzarote. "Empezamos con mucha ilusión en Irún, pero nos meten 3-0 allí", recuerda Juan Rodríguez. "La verdad es que ellos eran un equipazo. El Real Unión era mejor equipo que nosotros, nos meten 3-0 con Calata expulsado a los 20 minutos y nos pegan un baile. Caía un diluvio, mira que he jugado en el Norte años, pero nunca en esas condiciones. Miraba a Juan Rodríguez, que estaba conmigo en el centro del campo... No llegábamos", reconoce Juanito. En el segundo partido, respiro. 1-0 ante la Gramanet en La Rosaleda gracias a un gol de Juan Rodríguez. Pero una semana después, 2-0 en tierras catalanas. "Ahí sí éramos mejores que ellos, nos expulsan a Juan Rodríguez, era muy fácil pitarle a un filial, y perdimos. Era la única vez que Tapia pensaba que no subíamos", recalca Juanito. Nacho cuenta una anécdota curiosa con Tapia: "Él era muy positivo, muy optimista. En el aeropuerto estaba haciendo cálculos. 'Si ganamos aquí, estos empatan, allí pierden...' Hace muchas combinaciones... Al final, se rindió. 'Señores, la realidad es que está muy complicado, para qué nos vamos a engañar'. Nos empezamos todos a reír. Las estadísticas de probabilidades debía ser muy baja".

Alexis, en un entrenamiento con el Málaga B.
Alexis, en un entrenamiento con el Málaga B.

"En el viaje de vuelta intentando hacer cábalas. Teníamos que ganar todo y esperar resultados. Nunca se me olvidará el partido contra el Real Unión, me habían expulsado en el campo de la Gramanet y no me vestía. Me acuerdo perfectamente del Real Unión, que llegó ya con las camisetas del ascenso hechas porque si ellos ganaban ya ascendían. Ganamos 1-0", apunta Juan Rodríguez. "Eran mejores que nosotros y Sergio Francisco, ahora entrenador del filial de la Real, era el mejor delantero de la categoría. Nos tuvimos que tirar atrás, nos mataban a la contra. El héroe, que fue el jugador que nos ascendió, fue Adán, que después salió esa temporada porque el club consideró que no tenía proyección. Pero salió ese día y en el minuto 85 mete el gol de la victoria", reseña Juanito.

Empieza a darse la carambola. El Málaga B vence en Lanzarote 0-4, goles de Adán, Juan Rodríguez, Geijo y Roberto Merino. Y la Gramanet vence al Real Unión. El filial tiene perdidos los averages con los rivales vasco y catalán, así que sólo hay una vía posible para el ascenso en la última jornada. Ganar al Lanzarote y que Real Unión y Gramanet empaten en tierras vascas. Los dos ascienden si ganan el partido. El Málaga cumple con su parte y gana 3-0, con goles de Geijo, Adán y Juan Rodríguez antes del descanso. "Nosotros terminamos y había que esperar que acabara en Irún. Entonces no había internet tan avanzado y había que oírlo por la radio. En el 90 le anularon un gol a uno de los dos equipos. Al escuchar el gol se nos vino todo abajo... Afortunadamente, dijeron que era fuera de juego, recuerdo estar era súper nervioso. Y nada, buscando un restaurante para ir a cenar, no podías esperarlo", bromea Juan Rodríguez, que recordaba que Mendilibar era entrenador del equipo canario: "Fruto del trabajo, no siempre se tiene por qué empezar en un equipo grande, se pueden conseguir objetivos arrancando de manera humilde. Mira dónde está ahora...". "Es que era ganar uno. Entonces dudas de que empaten porque los dos equipos arriesgan y se abre el partido y alguno marca, es lo que imaginas. Esperas que llegue el gol de alguno, que no cayó", dice Juanito. Había miles de personas en La Rosaleda aquel día, que invadieron el césped. El entonces presidente, Serafín Roldán, se bañó en la playa para celebrarlo. Y sí, hubo fiesta hasta tarde.

Antonio Tapia, en un entrenamiento.
Antonio Tapia, en un entrenamiento. / M. H.

Antonio Tapia

Los tres jugadores hablan con un respeto reverencial de Antonio Tapia, que entonces tenía 43 años y se acercaba a la élite con unas ideas claras. El técnico de Baena afincado en Las Lagunas consiguió subir a Segunda al filial, mantenerlo y después llegar al primer equipo. "El artífice fue Antonio Tapia. Si no fuera por él no se hubiera conseguido", sentencia Juan Rodríguez: "Es complicado saber quién puede llegar. A lo largo del camino, hay muchos factores, le puedes gustar a un entrenador o no... Había una muy buena quinta, muy buen conjunto, éramos una piña, con muy buena química. Pero todo partía de un buen entrenador, que sabía sacarnos lo mejor de nosotros, cubrir nuestros defectos. Que él estuviese a los mandos junto al cuerpo técnico fue clave, nos conocía perfectamente. Después fue importante para mí en el primer equipo, confió en mí, me dio no los galones, pero sí esa confianza que necesita un jugador para rendir 90 minutos. Todo el mundo en el equipo te dirá lo mismo. Teníamos una oportunidad muy bonita para lanzar la carrera y la usamos con su ayuda. No me puedo quejar, estuve 14 años en Primera, 325 partidos...".

Manolo Gaspar, tras una victoria ante el Rayo.
Manolo Gaspar, tras una victoria ante el Rayo.

"Tapia hizo un trabajo increíble. Con cualquier jugador que hables te lo dirá. Jugábamos muy feo, dominábamos las áreas, un filial que no comete errores tiene mucho ganado porque la calidad y el físico lo tiene. Ese filial no se te equivocaba, Tapia era tan pesado que no te dejaba equivocarte. El juego era no equivocarte. Con Fernando Rosas antes se jugaba infinitamente mejor, pero ese filial no se equivocaba. Todo el mundo, cuando se enfrenta al filial, piensa 'aguantamos, nos regalan algo seguro'. Íbamos muy bien en el juego aéreo, con físico y calidad técnica...", argumenta Juanito: "Era un entrenador increíble para ese grupo de jugadores. Vamos, a ese equipo no lo sube ni Guardiola. Tapia te enseñaba con 19-20 años lo que tienes que aprender con 27-28. Balón parado, transiciones... Con eso sueles matar a un filial. Pero ese filial no. Había sesiones de vídeo todos los días, eran entrenamientos de tres horas. Ahora a un grupo de chavales no les puedes meter horas de vídeo. Jugábamos contra el Jaén, pues nos ponía todos los goles que había recibido y los que había metido. En la jornada 3 a lo mejor llevan cinco goles, pero en la 35 los equipos llevan 50 o 60. Pues a ver 130 goles, los que mete y recibe. 'Se le hace daño por este lateral, el central no llega a la ayuda, por la izquierda tienen peligro...'. Te lo comías todo y aguantamos, pero nos enseñó a no equivocarnos, ya nos equivocábamos en el entrenamiento. Fue un año muy duro, pero si lo miras con perspectiva, no hubiéramos sido lo que fuimos después. He sido entrenador después y el 70-80% que yo enseñaba eran cosas de Tapia. Hay cosas que no cambian, la gente puede ser más rápida y más fuerte, pero la manera de atacar y defender área no cambia. Un día estrategia era una locura, pero fue fundamental".

Juan Rodríguez, tras renovar después del ascenso.
Juan Rodríguez, tras renovar después del ascenso. / M. H.

Nacho recordaba que Tapia "a nivel personal era muy exigente, eran muchas horas. Nos quejábamos mucho entre nosotros: gimnasio, vídeo, llegar de un viaje y nos poníamos a entrenar... No había una excusa, nos marcó eso. Si había que entrenar, se entrenaba, a veces en el Anexo sin luz. En El Viso llegó a poner más de una vez los coches para que alumbraran el césped porque ya no estaba el que se encargaba y no había luz. De Tenerife recuerdo que llegamos y los que habían jugado menos los puso a hacer progresivos y largos a oscuras en el Anexo. Quería dar libre, pero los que no habían jugado tenían que hacer más. 'Si no, están dos días sin entrenar'. Anécdotas de esas, pero también a nivel táctico, él nos explicó muchas cosas que se daban por sabidas pero repetía mucho y otras cosas que no nos habían explicado. Por ejemplo, marcar dentro del área, mirando siempre balón, bien perfilado, tocando la marca... A veces en el máximo nivel se da por supuesto pero él lo machacaba y por ahí no había errores".

Álex Geijo, Juan Rodríguez y Nacho Pérez celebran un gol.
Álex Geijo, Juan Rodríguez y Nacho Pérez celebran un gol. / M. H.

El después

Además del ascenso, el Málaga consiguió dos permanencias que certificaron el papel de Antonio Tapia antes de llegar al primer equipo. Y también permitió consolidar una camada que fue nutriendo al Málaga... y a otros equipos. "Luego llegaron César Navas, Diego Castro, Goitia...", señala Juanito: "No sólo fue el ascenso, fue el mérito de la permanencia de tres años. Es mucho más difícil el ascenso, puedes perder 20 partidos y salvarte, pero para la permanencia también tienes que hacerlo muy bien". Sí lamenta el de Carlinda que "ese equipo no se aprovechó bien. Por ejemplo, Juanma no llegó a debutar con el Málaga en Primera y después hizo una carrera por Betis, Levante, Villarreal, Alavés, Recre... Jugó mucho en Primera y Segunda. Nacho juega poco, lo hace más en el regreso que en su primera etapa. Mario y Abel llegaron a jugar fuera en Segunda, Juan Rodríguez tampoco mucho... Cuando el Málaga desciende hablábamos entre nosotros y estábamos repartidos por Primera y nosotros en Segunda. Sólo Nacho y Alexis dejaron dinero, el resto sólo gratis salió. Si tengo al filial del Villarreal, OK, pero éramos el 90% de la casa. Apenas Geijo y Roberto Merino, porque Juanma y Paco Esteban los considerábamos de aquí porque llegan en juveniles. todos los demás de la casa... Esa camada no se aprovecha. Ese filial era para haber tenido el esqueleto. Si no vendes a alguien pero te da 10 años de fútbol profesional, pues ganas mucho. Ojalá que sí se aproveche ahora a Larrubia, Lorenzo o Alex Calvo, pero había poca paciencia".

Roberto Merino, ante el Betis B.
Roberto Merino, ante el Betis B.

"Nosotros tenemos muy buena comunicación entre todos. No hablas todos los días, pero cada mes y medio o dos siempre se habla con alguien. Con los Forever, que hacen una gran labor, nos vemos mucho", comenta Juan Rodríguez sobre un grupo de jugadores que llegó de forma masiva al fútbol profesional tras hacer historia. "Para mí fueron los mejores años de mi carrera de futbolista. Éramos todos de Málaga, salvo 4 o 5. Éramos una familia, no sólo entre nosotros, conocíamos a los padres del otro, pasábamos muchas horas juntos. Cuando estábamos en el filial empezando era un ambiente muy sano. Antonio Tapia, Enrique Ruiz, Juan Alcaide, el staff técnico... Eso hizo que el buen ambiente lo reforzara. Estábamos empezando, con el sueño de ser profesional, todo era más sano e intenso. De ahí salimos el 90% profesionales, a máximo nivel en Primera y Segunda. Ese carácter ganador, ambicioso, el sueño de querer cumplirlo... Se unió todo, después tantos años jugando en la élite y disfrutando. Eso no lo vamos a volver a ver. Tenía ese sueño que el Málaga tuviera el equipo en Primera y el filial en Segunda. Hay una buena cantera, con gente muy preparada en la provincia, gente de Málaga para desarrollarlo, pero es un sueño, quizá irrepetible".

Juanma Gómez y Nacho Pérez.
Juanma Gómez y Nacho Pérez. / M. H.

Situación actual del Málaga CF

A los tres malagueños les duele, obviamente, la situación actual, con el primer equipo en la casilla de salida del juego que ellos escaparon para presentarse en la élite 20 años atrás. "Es un palo para los jugadores y para todo el aficionado malaguista, para la ciudad... Málaga no se merece tener un equipo de Primera RFEF. El reto de subir no va a ser nada fácil. Es muy, muy complicado. Todo equipo que juegue contra el Málaga es un extra de motivación. Va a ser un año muy complicado que a la larga esperemos que salga bien. Estoy al tanto del Deportivo, tengo muchos amigos allí y gente del club de mi etapa, y va a ser la cuarta temporada ya. Da igual el presupuesto, la masa social, ellos meten 24.000 espectadores... Para subir no se hace ni por nombre ni por DNI, sino por jugadores, por trabajo, sacrificio. La afición ayuda, pero manda el verde. Es muy complicado, pero esperemos que se pueda celebrar", vaticina Juan Rodríguez sobre la situación que atraviesa el club. Apunta Nacho que "esperemos que sea por poco tiempo, que se haga un buen grupo, de buenos futbolistas y comprometidos, por todo lo que engloba el club hace falta subir".

Koke, con el primer equipo.
Koke, con el primer equipo. / Efe

Juanito analiza lo que viene. "Siempre soy muy optimista, pero es muy, muy difícil, para cualquier equipo, no para el Málaga, se ve en los que han tenido presión. El Amorebieta no es lo mismo. Desde el club se vende que no, es lógico, pero si se está tres años en Primera RFEF, no hay un banco detrás como en el Deportivo para aguantar el tirón. Y esa urgencia hace que un Málaga-San Fernando en la jornada 5 y un 0-0 a la media hora le cuesta verlo a la gente. Ascender es muy difícil. Es más difícil ascender que permanecer en Segunda, mucho más. Ser primero es muy complicado. El grupo Sur es muy difícil, el jugador andaluz es muy competitivo, en el grupo sur no va a haber partido fácil, en el Norte igual el nivel de los peores sí baja. Son muy buenos, pero tú miras los equipos de abajo... Los equipos andaluces, nueve más Ceuta y Melilla. Aquí hay más picardía, te venden la victoria más cara. Para los demás equipos, jugar en La Rosaleda no es jugar en el campo del San Fernando o el Algeciras, es un estadio de Primera División, es un escaparate para lucirte. El Málaga es un año muy difícil, más de lo que la gente se cree", apunta el malaguista: "El discurso de Pellicer y Loren es el adecuado, porque saben de la dificultad, pero la Primera RFEF es una categoría mucho más dura que la Segunda B de hace años. Ahora sólo hay 40, se ha hecho un filtro con los mejores y se ha potenciado muchísimo. Quedar primero supone ganar muchos domingos y es muy difícil, son muchos partidos. Seguramente, con el equipo que hará el Málaga en Segunda permanecería fácil, pero ascender es muy complicado, necesitas de muchas cosas. Hay una fractura social y veo que no se ha curado. Leía vuestra entrevista a Pellicer el otro día y me gusta el mensaje de Pellicer. Si la afición no suma al final la presión resta. La única manera es que todos rememos, pero hay que hacer algo, no sé el qué, de alguna manera, para borrón y cuenta nueva. Lo necesitamos".

stats